Hace 20 años, justamente el 10 de Junio, distinguidos pobladores de Mocupe, firmaron un memorial en el que expusieron los graves problemas que les estaba generando el Proyecto de Irrigación Jequetepeque – Zaña (hoy PEJEZA) y que los amenazaba no sólo en sus derechos elementales, sino también en sus posibilidades de desarrollo como personas y como pueblo, al pretender – en ese tiempo – apoderarse del territorio de las comunidades campesinas y pueblos de Lagunas, Mocupe, Chepén y San Pedro de Lloc. Ese documento fue difundido con el nombre de “El clamor del pueblo de Mocupe” y fue presentado al Presidente de la República de ese entonces, a sus principales ministros, a los congresistas de la República, a las principales autoridades departamentales y locales y, por supuesto al propio DEJEZA y al INADE. Eran tiempos del primer gobierno de Alan García.
Luego de 20 años el resultado era lo inevitable: El Estado – vía el Proyecto de Irrigación Jequetepeque – Saña – logró confiscar las tierras de las comunidades campesinas del valle y luego de procesos manejados por Proinversión dichas tierras están terminando de ser traspasadas a los “grandes inversionistas privados” con lo cual se está consumando el proceso de exclusión de miles de campesinos de los beneficios de obras de irrigación que se hace con el dinero de todos los peruanos. Veinte años después encontramos a la Comunidad Campesina San Francisco de Mocupe suplicando para que Proinversión flexibilice las condiciones para que la propia comunidad pueda presentarse como postor al remate de uno de los lotes que fueron de su propiedad. Gracias a sus contactos al más alto nivel – Ruperto Valdez, Presidente de la Comunidad de Mocupe — ha logrado demorar unos meses ese remate, pero nada le garantiza que la maquinaria privatista eche por tierra sus últimas esperanzas.
Así en un espacio del territorio nacional, en este caso, en territorio de los lambayeque, en los espacios en que paseaba su boato y su poder el recientemente descubierto “Señor de Úcupe” el Estado peruano está cometiendo otro despojo, otra injusticia, otro acto de oprobio. Esta vez lo hace – como casi siempre – en nombre del progreso, del desarrollo o del “futuro diferente”. Ese progreso y ese desarrollo son para los beneficiarios de estas políticas, para los que esperan la oportunidad de un gobierno adicto que les facilite convertirse en flamantes empresarios o engrosar sus rentas con el mínimo riesgo posible y con la condición de que tengan “cholo barato” y también “tierra barata”.
Con la autorización de la Comunidad Campesina San Francisco de Mocupe, me permito reproducir pasajes del documento que hacen dos décadas firmaron distinguidos mocupanos de todos los apellidos, de todas las condiciones y de todas las militancias políticas. En estos tiempos su denuncia y su súplica nos cuestionan a todos: a los que utilizaron malamente el poder, a los que teniendo poder y conocimiento no hicieron nada, a los que no hicieron lo suficiente para defenderlos y a los propios comuneros que se dejaron avasallar por las rencillas internas y no se unieron para enfrentar el gran desafío. A continuación pasajes de ese “clamor de Mocupe”:
“Un terrible drama planea sobre el histórico pueblo de Mocupe. Esta vez la amenaza no proviene de los hacendados de ayer, ni de la Reforma Agraria como hace 20 años. Esta vez el causante de tal amenaza es el Estado que, a través del Proyecto Jequetepeque- Zaña, ha realizado todos los trámites legales para encontrarse ahora en la situación de consumar un clamoroso despojo territorial en el sector Pampa de las Sandías (…)
“Frente a esta situación, los mocupanos, sin distingos de ninguna clase, nos dirigimos al Dr. Alan García Pérez, al Parlamento Nacional y a las autoridades y funcionarios de los departamentos de Lambayeque y La Libertad, para solicitarles su inmediata intervención para que se paralicen las acciones de adjudicación de las 2,300 Hás. Que nos pertenecen, que nos permitan el elemental derecho de defensa que no se nos ha permitido y se nos restituya plenamente nuestra condición de propietarios de la zona delimitada en nuestro Plano oficial.
“La posición del pueblo de Mocupe cuenta con documentos fehacientes de propiedad como los siguientes: En nuestros archivos comunales contamos con los Títulos Coloniales expedidos el año de 1712 a nombre del entonces “Común de Indios del pueblo San Francisco de Mocupe”. Tenemos también un plano oficial levantado el año de 1967 por la Dirección General de Comunidades en mérito a una Resolución Ministerial Nº 171 del 7 de marzo de 1967, plano que incluye la Pampa de las Sandías y Pampas de Cerro Colorado como áreas comunales (…)
“Porque nos sentimos respaldados por la razón y la justicia, porque somos herederos de un territorio ancestral que no debe ser mutilado, porque confiamos en nuestra Constitución Política y la Ley General de Comunidades Campesinas que ampara la propiedad comunal y porque sabemos que los dispositivos logrados por DEJEZA no tienen la categoría ni majestad de aquellos que nos amparan, es que esperamos que nuestro clamor sea escuchado, que las aguas de Gallito Ciego traiga vida a las áridas tierras comunales, que se aleje el drama que planea sobre nuestro pueblo y se abra una luz de fé y esperanza en la justicia social, en sus gobernantes, en sus instituciones y en el Perú”. Mocupe, 10 de Junio de 1989.
Han pasado 20 años de esta súplica y están en la palestra los mismos personajes que no pudieron, no quisieron o no les fue permitido escuchar. Muchos de los comuneros que firmaron el memorial ya no los contamos entre nosotros. Nos preguntamos si ¿habrá todavía posibilidades para que alguien escuche el clamor de la comunidad y del pueblo de Mocupe?
• Publicado en el Semanario Expresión. Agosto 2009
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