Cuando uno tiene una enfermedad terminal evalúa su vida en formas objetiva. No basta pedir hacer también requiere corregir el error. El reparar los errores es parte de la vida y de la muerte.
La segunda oportunidad de cada uno se construye no como un regalo gratuito sino con el coraje de seguir viviendo creyendo que la gente buena, que es posible la redención aun cuando hemos obrado mal.
Solo al final se entiendo cual es el sentido de la propia vida. No es describir como moriremos sino como hemos vivido.