El tutor ideal no existe, sin embargo una aproximación desde el enfoque cognitivo humanista propone las siguientes características:
a) Poseer una calidad moral intachable, ya que tendrá interacción personal con los estudiantes asignados, firmara un contrato ético a la fecha de recepción (este criterio de selección corre a cuenta del coordinador del programa según el historial del profesor).
b) Poseer un equilibrio entre la relación afectiva y cognoscitiva, para una delimitación en el proceso de la tutoría.
c) Tener capacidad y dominio del proceso de la tutoría.
d) Estar en disposición de mantenerse actualizado en el campo donde ejerce la tutoría.
e) Contar con capacidad para propiciar un ambiente de trabajo que favorezca la empatía tutor-tutorados.
f) Poseer experiencia docente y de investigación, con conocimiento del proceso de aprendizaje.
g) Estar contratado por tiempo completo o medio tiempo o, al menos, con carácter definitivo.
h) Contar con habilidades y actitudes (que estará dispuesto a conservar durante todo el proceso) tales como: Habilidades para la comunicación, ya que intervendrá en una relación humana. Creatividad, para aumentar el interés del tutorado. Capacidad para la planeación y el seguimiento del profesional, como para el proceso de tutoría. Actitudes empáticas en su relación con el alumno.
Fuente: Elaboración propia. Conferencia desarrollada en febrero del 2011