Es probable que la crisis financiera rebaje el estatus de Estados Unidos como única superpotencia mundial.
En un nivel práctico, EE.UU. ya está exigido al límite militarmente en Afganistán e Irak, y ahora está exigido al límite financieramente.
A nivel filosófico, será más difícil que el país argumente a favor de sus ideas de libre mercado, si sus propios mercados han colapsado.
El filósofo político John Gray, quien recientemente se jubiló del London School of Economics escribió en el periódico londinense The Observer: “Aquí hay un cambio geopolítico histórico en el que el equilibrio de poder en el mundo está siendo alterado irrevocablemente”.
“La era del liderazgo global estadounidense, que se remonta hasta la Segunda Guerra Mundial, se acabó… el credo del libre mercado estadounidense se autodestruyó mientras que los países que han mantenido un control general de los mercados han sido reivindicados”.
“En un cambio que tiene implicaciones de tanto alcance como la caída de la Unión Soviética, un modelo completo de gobierno y de economía ha colapsado”.
“¡Qué simbólico que los astronautas chinos están haciendo una caminata espacial mientras el Secretario del Tesoro de EE.UU. está de rodillas!”.
Una explicación de la crisis hipotecaria al estilo de John Bird y john Fortune
No es Apocalipsis ahora
Estados Unidos sigue siendo inmensamente atractivo para inmigrantes calificados y aún es capaz de producir un Microsoft, un Google, o un Facebook.
No todos están de acuerdo en que llegó el apocalipsis estadounidense. Después de todo, el sistema ya ha sido puesto bajo prueba antes.
En 1987 el índice bursátil Dow Jones cayó más de 20% en un solo día. En 2000, la burbuja de las “punto com” estalló. Sin embargo en ambas ocasiones Estados Unidos se levantó, como lo hizo después de la guerra de Vietnam.
Muchos principales pensadores neoconservadores reconocen que un mundo multipolar está surgiendo, aunque quieren que en éste la posición estadounidense sea de liderazgo.
Robert Kagan, cofundador en 1997 del “Proyecto para el Nuevo Siglo Estadounidense” que pedía “Liderazgo global estadounidense”, escribió en la revista Foreign Affairs: “Quienes proclaman hoy que Estados Unidos está en declive muchas veces imaginan un pasado en el que el mundo bailó al son de una melodía olímpica estadounidense. Eso es una ilusión”.
“El mundo de hoy se parece más al Siglo XIX que al fin del XX”.
“Quienes se imaginan que son buenas noticias deberían recordar que el orden del Siglo XIX no terminó tan bien como lo hizo la Guerra Fría”.
“Para evitar un destino así, Estados Unidos y otras naciones democráticas necesitan tener una visión más iluminada y generosa de sus intereses que la que tuvieron incluso durante la Guerra Fría. Estados Unidos, como la democracia más fuerte, no debería oponerse sino dar la bienvenida a un mundo en el que la soberanía nacional es reducida”.
“Al mismo tiempo, las democracias de Asia y Europa necesitan redescubrir que el progreso hacia este orden liberal más perfecto no sólo descansa sobre la ley y la voluntad popular, sino también sobre las naciones poderosas que puedan apoyarlo y defenderlo”.
Según muchos analistas, la crisis está acelerando un proceso en marcha: la construcción de un nuevo orden internacional multipolar.
“Hace tiempo que China ocupa un papel mucho más preponderante. El poder internacional está cambiando de manos y cada vez se reconoce con mayor claridad la importancia de Rusia, India y Brasil, por ejemplo “, afirmó Margaret Bray, especialista en temas internacionales de la London School of Economics.
Parte del desafío, según algunos analistas, es reformular los organismos internacionales y los foros internacionales, donde se decide parte del destino del mundo, dando mayor voz a los nuevos actores protagónicos en el concierto de naciones.
“A las nuevas potencias, como India, China o Brasil, se las tiene en cuenta parcialmente, pero las potencias establecidas todavía no están dispuestas a ceder poder, y esto se nota en organismos como el Consejo de Seguridad de la ONU, el G8 o el FMI“, dijo Susanne Gratius, investigadora de la Fundación para las Relaciones Internacionales y el Diálogo Exterior (FRIDE).
Algunos mecanismos ya han empezado a surgir, como el IBSA, la alianza entre India, Brasil y Sudáfrica o la alianza entre China y países africanos.