El pasado 29 de octubre de 2019, la alumna Mabel Jenniffer Vila Arce sustentó la tesis titulada: “Evaluación de los aspectos relacionados a la efectividad del programa estratégico articulado nutricional: Gestión del programa, salud y alimentación de la población beneficiaria. Ámbito de la micro red de salud Piedra Liza, distrito San Juan de Lurigancho”; obteniendo el grado de Magíster en Gerencia Social, otorgado por la Pontificia Universidad Católica del Perú.
La investigación habla sobre la desnutrición crónica infantil o retardo del crecimiento es considerada uno de los grandes problemas de salud pública a nivel mundial y nuestro país no está ajeno a ella. Esta enfermedad, cuya principal expresión física es la presencia de una talla muy baja para la edad, acarrea una serie y compleja relación de graves problemas que van desde un deterioro del desarrollo cognoscitivo, limitando la capacidad de aprendizaje y afectando a largo plazo el desarrollo intelectual del individuo, reduciendo su capacidad para generar ingresos económicos afectando no sólo a quienes la padecen, sino llegando a interferir con el desarrollo y productividad de una nación. Esta enfermedad, frecuentemente se inicia en la etapa prenatal y tiene un complejo origen multicausal; entre sus principales causas están: el bajo peso al nacer debido a las inadecuadas condiciones de salud que experimenta la madre durante su primer trimestre de embarazo, los inadecuados hábitos de alimentación en el menor de 36 meses y las recurrentes enfermedades infecciosas como las Enfermedades Diarreicas Agudas (EDAS) y las Enfermedades Respiratorias Agudas (IRAS), principalmente.
Se estima que la desnutrición crónica está asociada con 29% de las muertes en menores de 5 años de edad. En otras palabras, casi una de cada tres muertes infantiles que ocurren en Latinoamérica y el Caribe se asocia con la desnutrición crónica. En consecuencia, debido a su alta prevalencia y a sus efectos sobre la supervivencia, desarrollo y productividad futura, la desnutrición crónica viola el derecho a la vida, al desarrollo y a la nutrición de millones de niñas y niños; constituyéndose en uno de los principales mecanismos de transmisión intergeneracional de la pobreza y la desigualdad y es por lo tanto un problema prioritario de salud pública que debe ser enfrentado y resuelto.
En ese sentido, dentro del marco de políticas nacionales y estrategias sanitarias dirigidas a intervenciones en favor de la infancia, se viene ejecutando el Programa Estratégico Presupuestal Articulado Nutricional (PAN), cuyo objetivo final es la reducción de la desnutrición crónica en niños y niñas menores de 5 años. El PAN plantea un conjunto de intervenciones articuladas entre el Ministerio de Salud (MINSA), el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social, el Seguro Integral de Salud y los Gobiernos Regionales y Locales en donde interviene el programa, cuya rectoría está a cargo del MINSA.
Sin embargo, existen factores que deberían darse para tener mayores posibilidades de efectividad del programa. Algunos de ellos son la real y concreta participación de los principales actores sociales involucrados en el problema, el acceso que tengan los hogares beneficiarios del programa a condiciones higiénicas sanitarias mínimas que minimicen los riesgos de transmisión de enfermedades, así como la calidad de los servicios educativos recibidos por el programa y el efectivo uso que hagan de los mismos. Aspectos que parecen estar débilmente trabajados y abordados en algunos ámbitos de intervención del programa, como lo es en la jurisdicción de la Micro Red de Salud Piedra Liza, la misma que forma parte de la Red de Salud del distrito de San Juan de Lurigancho. Uno de los distritos más grandes y populosos de la Región de Lima.
El jurado estuvo conformado por su asesor, Mg. Javier Pineda Medina y los docentes de la Maestría en Gerencia Social, Mg. Amelia Fort Carrillo y Mg. Cecilia Medina Ccoyllo.