El pasado 11 de julio de 2019, el alumno Enzo Aldo Tomatis Riofrio sustento la tesis titulada: “Lecciones aprendidas de la primera etapa del proceso de socialización en el marco de del Plan Post Erradicación de cultivos ilegales, en el valle del Monzón, provincia de Huánuco, durante los años 2013-2014”; obteniendo el grado de Magíster en Gerencia Social, otorgado por la Pontificia Universidad Católica del Perú.
La investigación pretende encontrar los elementos para mejorar la metodología de sociabilización actual, en pos de mejorar estos procesos, así como generar conocimiento sobre el proceso de sociabilización de los proyectos de desarrollo alternativo. No solo conociendo las características de las metodologías aplicadas, sino tratando de mejorar las actuales estrategias. Los resultados de la investigación proporcionará datos e información nueva que puedan facilitar la mejora de los procesos de socialización en otras localidades. Desde la perspectiva de la investigación para la Gerencia Social, el estudio se ubica en el momento de la implementación de la política, en aquel en que se desarrollan las condiciones suficientes y necesarias para la ejecución de los componentes del programa.
En el año 2015, el Perú era el primer productor de hoja de coca del mundo, con un total de 49 800 ha cultivadas. Sin embargo, esta cifra viene reduciéndose sostenidamente desde el año 2011 gracias al despliegue de diferentes estrategias por parte del Estado peruano, especialmente a través de la erradicación de cultivos ilícitos en la zona del Alto Huallaga, inicialmente en la región San Martín y en un segundo momento en la zona de Huánuco.
En las últimas tres décadas, la intervención de lucha contra las drogas basada en la implementación de proyectos de desarrollo alternativo y erradicación de cultivos de coca en la región San Martín se ha consolidado como un modelo de intervención calificado por entes internacionales como exitoso. Esto debido a que contribuyó a la derrota del terrorismo presente en la zona, además de disminuir la producción de hoja de coca en la zona de casi 29 000 Ha en 1992 a 4 091 Ha en el año 2000. Los programas de desarrollo alternativo tuvieron un rol fundamental para consolidar estos resultados.
Frente a la mejora del contexto de seguridad, varias agencias de cooperación internacional se hicieron presentes en la zona. Es gracias a este financiamiento que se dio inicio a la etapa de socialización de varios proyectos de desarrollo alternativo. Los proyectos tenían como objetivo evitar el cultivo de hoja de coca, especialmente la resiembra. Su relativo éxito llevó a que se buscase replicar la experiencia en otras zonas cocaleras del país.
En ese sentido, se buscó replicar la experiencia en una de las zonas más emblemáticas del narcotráfico en el Perú: el valle del Monzón. Allí se desplegó durante los años 2013 y 2014 la primera etapa del Plan de Post Erradicación de la mano de la Comisión Nacional para una Vida sin Drogas (DEVIDA). Dicho plan permitió una reducción de casi el 72% de las hectáreas cultivadas en dicho distrito entre los años 2012 y 2014. Este plan contemplaba distintas etapas de intervención, las cuales tenían como objetivo final consolidar un desarrollo integral y sostenible de la zona en torno a actividades lícitas. El despliegue de la intervención debutaba con un proceso inicial de socialización de las poblaciones afectadas por la erradicación con el fin de generar un cambio de actitud en ellas.
Durante la ejecución del proceso de socialización, se aplicaron diversas metodologías de socialización, formales e informales, que permitieron comenzar el cambio de modo de vida de los agricultores cocaleros. Estas metodologías contemplaban tanto la formulación de discursos, como el desarrollo de procesos de negociación y otras actividades, que debían animar al agricultor a orientarse hacia cultivos alternativos a la hoja de coca. Esta no era una acción novedosa, pues ya había sido desplegada en intervenciones como el modelo de San Martín. Sin embargo, el problema residía en que las lecciones aprendidas en la aplicación de dichas metodologías, especialmente aquellas aprendidas en el campo a través de aprendizajes informales, no se socializaron con los demás actores vinculados a estas intervenciones. Ello conllevó a que las nuevas intervenciones continuasen con la misma estrategia formal aplicada en otras zonas cocaleras, evitando que se generen nuevos conocimientos o procedimientos que mejoren su eficacia.
El jurado estuvo conformado por su asesor, Mg. Javier Pineda Medina y los docentes de la Maestría en Gerencia Social Mg. César Zúñiga Loayza y Mg. Luis Alberto Maldonado Villavicencio.