Por un descuido involuntario, descompuse mi cámara digital Samsung. Ahora no es una gran cámara fotográfica, si la comparamos con las maquinas cada vez más sofisticadas y completas que hay hoy en el mercado, pero sí lo fue hace unos tres años; es más, se podría decir que en el 2007 estaba entre las mejores. Por eso es que, antes de arrinconarla, decidí llevarla a reparar a la casa oficial que la empresa coreana tiene en Arequipa, Seisa. Eso fue hace más de dos meses.
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