Tía María, aprovechando la tregua

Creo que todos deberíamos felicitarnos por la temporal solución del conflicto de Cocachacra. Y el motivo principal de esa felicitación es que no hubo derramamiento de sangre, tal como ya se ha hecho costumbre en este tipo de conflicto. Lo que resta esperar es que ahora sí, se sienten las bases para que de aquí a noventa días, efectivamente, se empiece a negociar.

Para que eso sea posible es necesario, como lo expresé en anterior post, que varias fichas se muevan de diferente manera. Del Estado central, por ejemplo, se espera que esta tregua no sea sinónimo de una mecida más. Hay que reconocer que en este caso, se ha puesto los pantalones al reconocer que la empresa comprometida, Southern, incumplió con varios aspectos de orden técnico en relación al proyecto. No sólo eso, pues, el Estado a través del organismo del agua, por ejemplo, adelantó juicio antes que se aprobara el estudio de impacto ambiental. Es decir, se espera del Estado que mínimamente muestre imparcialidad defendiendo los intereses de la nación, como le corresponde y no de una empresa.

Pero esa es la tarea del Estado central, la otra tarea es la del Estado local y específicamente el Gobierno Regional y los municipios. Está bien que Juan Manuel Guillén haya intermediado en el conflicto, logrando la tregua, pero lo ha hecho a última hora, cuando la bomba estalló; es decir, dónde está el Estado regional? Qué hacen las autoridades estatales que son, por ejemplo, los alcaldes para estar atentos a que el conflicto no se desencadene? Es bueno recordarles que ellos representan al Estado y no pueden estar jugando tramposamente; es decir, ayer aplaudiendo el proyecto de Tía María y luego, al día siguiente, aplaudiendo y azuzando a la población en contra del mismo. ?En qué quedamos?

A la población de la zona y en especial a sus dirigentes, ojalá que estos noventa días sirva para que aprendan a negociar; es decir, asistir a la mesa con argumentos técnicos y no con radicalismo, pues con el sonsonete de “Minas no, agro sí” no van a ningún lado. Ojalá que pidan apoyo técnico y que ese apoyo lo encuentren en las universidades locales que deberían ser protagónicas en este problema. ¿Estarán a la altura de las circunstancias?

Finalmente, ojalá que la Southern también saque conclusiones de este conflicto y en especial de la forma cómo se ha planteado la tregua. Creo que si lo entendieron, lo mínimo que deben hacer es cambiar la estrategia que pusieron en marcha y que estuvo bajo la dirección de su relacionista público, Manuel Sierra López. Si continúan con este personaje, que muchos que lo conocen de cerca tildan de prepotente, arrogante y cuadriculado, la Southern habrá demostrado que no tiene ánimos de resolver las cosas y que, al contrario, seguirá con su estilo trapacero.

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