Estas elecciones, oportunidad única

El pintarrajeo de varias paredes en las principales avenidas de la ciudad, así como carteles partidarios colocados en las fachadas de varias casas, principalmente en el Cercado, no hacen más que anunciar que el proceso electoral en nuestra ciudad viene calentándose.

Aunque aún no hay declaraciones oficiales porque la mayoría de candidatos juegan al “factor sorpresa de última hora”, dichos pintarrajeos o carteles nos señalan que los protagonistas del proceso electoral serán más o menos los mismos: aciopopulistas, nacionalistas, apristas, tradicionalfuturistas, etc. Las novedades oscilan entre la perplejidad y el escándalo, pues allí están los jotaleistas, ismodistas, caceristas y otros istas más que nos están dando una lección de cómo hoy se ingresa al bull electoral: alquílate un programita radial o televisivo, di cualquier tontería, pintarrajea la ciudad con tu nombre y envalentónate con una amenaza anodina… y ya está, te metiste al bolo electoral, espera que te llamen para negociar una cuota de poder.

Puestas así las cosas, es poco lo que se puede esperar de este nuevo proceso electoral. Es decir, los que tendremos en el partidor son los mismos que han hecho que la política en nuestra sociedad sea vista como una de las peores creaciones culturales del hombre; es decir, la política como sinónimo de oportunismo, medianía y pillería. Todo lo contrario a los principios de ética, moral y servicio público que inspiró a los viejos griegos.

Sin embargo, siempre existe la esperanza que alguien se de cuenta de la importancia que encierran las elecciones, no sólo en términos de fortalecer el sistema democrático o elegir nuevas autoridades, sino usarlo para plantear temas que tengan que ver con el desarrollo integral de nuestra sociedad; es decir, no sólo hablar de asfaltados o fierros; menos aún de parques o monumentos, sino de alternativas que tengan que ver con la reducción de la pobreza a través de la educación, empleo digno, salud infantil y neonatal, políticas ambientales y, lo más importante, ética ciudadana.

Dejar estos temas de lado, principalmente el último, es lo que ha permitido que en el país y también en nuestra ciudad, hoy candidateen aquellos bribonzuelos que sin ningún rubor sacan pecho con la consigna que ”roban, pero hacen obra”; es decir, utilitarismo con mezcla de cinismo que nos coloca como una sociedad que ha perdido absolutamente la decencia.

Ojalá que eso no cunda, mucho menos en unas elecciones tan especiales como las actuales, pues como una oportunidad histórica, estas elecciones, las locales y regionales, serán antecesoras a las nacionales. Es decir, lo que hagamos o elijamos, será una ventana para avizorar qué tipo de país queremos, a través de qué tipo de gobernante nacional elijamos. En otras ocasiones, lo primero ha sido la elección nacional y luego las internas. Hoy será al revés y eso hay que tomarlo como una oportunidad única para que, desde dentro, podamos perfilar el país que dignamente merecemos.