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Ya estoy habituado a ver las caras de incredulidad y asombro que se dibujan en el auditorio cuando les digo que Arequipa es una de las regiones con menor índice de pobreza y la que más viene creciendo económicamente. Luego de esas expresiones, vienen las de sospecha e incriminación cuando les muestro la fuente de mi aseveración: el INEI, pues automáticamente me califican de gobiernista como si eso fuese un delito que desautoriza toda mi argumentación.
Desde que llegué a radicar a Arequipa, hace ya una treintena de años, escuché hablar de Majes Siguas II, la obra que promete ampliar la frontera agrícola en 38,500 nuevas hectáreas, producir energía eléctrica para todo el sur del país y generar unos 200,000 puestos de trabajo; es decir, un mega proyecto que, a pesar de su importancia, curiosamente ha sido varias veces postergado, pero a la vez, varias veces inaugurado. Hace un par de días, a nuestro actual mandatario le tocó hacerlo. Ojalá esta vez sí sea la definitiva.
Luego de una semana en la que el fallo de La Haya nos ha hecho experimentar por lo alto un sentimiento patrio unificador y, lo más difícil, un sentimiento ganador, volvemos a la realidad; es decir, a la desunión y confrontación y, principalmente, al ejercicio preferido de nosotros los peruanos: ponernos zancadillas para frenar nuestro desarrollo a través de la consigna preferida que anima nuestra práctica política: “si no soy yo, que se jodan todos”. Hasta el 5 de octubre de este año veremos eso, pues ese día elegiremos o reelegerimos a nuestras autoridades locales y regionales. En otras palabras: inauguramos el año electoral 2014.
El gran tema de la segunda edición de Cátedra Arequipa, es Partidos Políticos y Movimientos Regionales, tema por demás oportuno no sólo porque es una lógica continuación de la primera edición de este foro (descentralización), sino porque es una antesala para el próximo año que es eminentemente político por las elecciones que se nos avecinan.
Si hay algo que agradecerle a la administración humalista, es darnos a los interesados en el estudio del Estado peruano, una nueva categoría de análisis: la ramplonería. Así es, del retorcido concepto de Estado Nacionalista, el mandatario luego nos aclaró que lo suyo era construir un Estado Atlético. Sin embargo, los últimos acontecimientos regados de escándalo en torno a sus coqueteos con la inacabable cultura montesinista, nos muestran a un Estado Ramplón, que el mandatario ha querido titular románticamente de Estado Familiar.
La presidenta brasileña Dilma Rousseff visita oficialmente nuestro país. Escudada por un ejército de políticos y empresarios, la presidenta busca fortalecer una alianza estratégica que se viene plasmando a través de una cada vez mayor integración comercial e incluso física que para nosotros, los arequipeños, tiene una importancia capital, pues estamos hablando de la carretera Interoceánica que le da a Perú y Brasil un carácter bioceánico.
Rumbo a su tercer año de gobierno y Humala ya cuenta con cuatro gabinetes ministeriales; es decir, en promedio, cada equipo le dura nueve meses. Muchos dirán que en el fondo es la misma gente, tomando en consideración el gabinete del flamante César Villanueva, pero igual hay que señalar que tantos cambios solo demuestran lo que todos saben: Humala no tiene gente para gobernar; por tanto, está sumido en la más profunda orfandad política.
