El mensaje de hoy
Por esas razones espero poco del mensaje presidencial. Mucho haría Ollanta si es que usa el mensaje para sincerarse con la población, y mucho más con quienes confiaron en él desde la primera vuelta. Es decir, nuestro presidente se agigantaría si es que, con el corazón en la mano, le dice al país que siendo candidato se fue de boca, que prometió cosas que son imposibles de cumplir, que llegó al Palacio sin saber cómo manejar el país, pero que está aprendiendo. Ese sería un gran mensaje, honesto, transparente y nada triunfalista. Si hace lo contrario, estaríamos frente a un mandatario que no solamente no sabe reconocer sus errores, sino que se ha mareado de soberbia.
Finalmente, ojalá que Ollanta no anuncie nuevas promesas. En todo caso que retome una que hizo el año pasado que le ayudaría a reencontrarse con su identidad perdida: militar y autoproclamado combatiente antiterrorista. Realmente, nuestro presidente debe estar pasándola muy mal ya que en cuestión de seguridad ciudadana, nada ha hecho y, lo peor, sendero luminoso se pasea en sus narices. Tremendo roche para un militar que se ufanaba de haber luchado contra el terrorismo y que prometió, dada su condición de soldado, que terminaría con la delincuencia en un año.