LA RESPUESTA RELIGIOSA

La peste no sólo nos ha permitido ver la aparición y crecimiento de varios infortunios sociales; vale decir, familias y poblaciones infectadas, hospitales colapsados, muertes, corrupción, pérdidas de empleo, despidos y un largo etc.; sino también expresiones de apoyo, cadenas de solidaridad y bondad, fe y religiosidad. Es decir, nuestro lado endemoniado y angelical, en su máxima expresión, como lo planteaba Pascal. Como suele ocurrir, lo primero ha tenido más prensa, “el morbo vende” dirán los comunicadores; sin embargo, aunque sea por salud mental o no dejarse vencer por el fatalismo, creemos necesario resaltar lo segundo, nuestro lado angelical, que tiene entre sus mejores expresiones, la religiosidad.

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