Heraud

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Casi nadie recordó la muerte de Javier Heraud, ocurrida el 15 de mayo de 1963 en Madre de Dios, tras un enfrentamiento con las fuerzas del orden que sucedió en medio de una romántica guerra de liberación nacional que el poeta abrazó con convicción y pasión. Para entonces, Heraud ya era conocido por su obra poética como El río, El viaje, etc. Justamente, creo que la mejor manera de traerlo a nuestra memoria es  releyendo su poesía. Aquí, una pequeña muestra de su gran producción:

  …Llegará la hora
    en que tendré que
    desembocar en los
    océanos,
    que mezclar mis
    aguas limpias con sus
    aguas turbias,
    que tendré que
    silenciar mi canto
    luminoso,
    que tendré que acallar
    mis gritos furiosos al
    alba de todos los días,
    que clarear mis ojos
    con el mar.
    El día llegará,
    y en los mares inmensos
    no veré más mis campos
    fértiles,
    no veré mis árboles
    verdes,
    mi viento cercano,
    mi cielo claro,
    mi lago oscuro,
    mi sol,
    mis nubes,
    ni veré nada,
    nada,
    únicamente el
    cielo azul,
    inmenso,
    y
    todo se disolverá en
    una llanura de agua,
    en donde un canto o un poema más
    sólo serán ríos pequeños que bajan,
    ríos caudalosos que bajan a juntarse
    en mis nuevas aguas luminosas,
    en mis nuevas
    aguas
    apagadas. (del poemario: “El Río”. Lima, 1960)

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