Energías alternativas, cambio climático y petróleo

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Varias cosas parecen estar ocurriendo con relación a estos tres temas y sus relaciones. Hasta hace poco todo parecía claro, las energías alternativas eran función del aumento del precio del petróleo que subiría indefectiblemente luego de cruzar el “pico del petróleo”, o el punto a partir del cual las nuevas reservas no compensarían el consumo. Todo a su vez eran buenas noticias para los profetas del cambio climático, que a su vez alentaban el desarrollo de fuentes de energía limpia para evitar el colapso atmosférico.

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Hasta la catástrofe de Fukushima , la central nuclear japonesa que se vino abajo por la combinación de un terremoto de grado 8 en la escala de Richter y un tsunami que barrió con gran parte de la ciudad, la energía atómica había recuperado su prestigio, el mismísimo padre de la ideología Gaia, Lovelock, sostenía que había que volver a pensar en ella para suplir la matriz energética basada en los hidrocarburos.

Las razones por las que en Europa continua promoviéndose fuentes de energía alternativa es evitar cualquier contingencia que limite el abastecimiento de gas ruso o asiático, o de petróleo árabe, además de responder a las presiones internas en contra de la energía atómica como en Alemania, o impulsar energía verde en los países nórdicos. Las acciones frente a Libia el 2011 muestran hasta dónde están dispuestos a ir en busca de petróleo, y cuán lejos están las otras fuentes de alcanzar su madurez. De la misma manera, tomando en cuenta la geopolítica, pueden leerse los esfuerzos por extraer petróleo a grandes profundidades en el Golfo de México, frente a Rio de Janeiro, o en el Mediterráneo.

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Como en la vieja discusión sobre la crisis malthusiana, la curva de la catástrofe se encuentra hoy enfrentada a la innovación tecnológica. De una parte las apuestas a favor de fuentes de energía alternativa han madurado, pero no son lo suficientemente baratas, aunque algunas –en particular las eólicas y marinas- parecen estar al borde de conseguirlo. Juegan hoy a su favor la memoria Trhee Mile Island, Chernovil y Fukushima. Sin embargo hoy de acuerdo con los informes del EIA las energías renovables no son más del 5%.

Entre las nuevas tecnologías para seguir aprovechando el gas de la naturaleza está la que permite obtenerlo del esquisto, o gas shale, que podría modificar el mapa energético en la medida que las mayores reservas están en el continente americano, especialmente en Estados Unidos. También se discute en torno al torio como combustible nuclear “limpio” que sustituye al uranio, y de la explotación de los yacimientos en las profundidades marinas, y la puesta en producción de las arenas bituminosas de Canadá y Venezuela. Según los especialistas en éstos temas, el problema no es que no haya recursos suficientes, el problema es que la extracción, o tasa de conversión de éstos recursos tiene mayores problemas, de modo que ya no es posible seguir el crecimiento del consumo.

La Agencia Internacional de Energía señala por otra parte que el carbón puede continuar siendo una fuente de energía por varios siglos, más aún si se usa apropiadamente y se ponen en operación nuevas tecnologías para disminuir sus efectos contaminantes (Alemania y proyecto fracasado)

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De otra parte, las hidroeléctricas, cuestionadas por sus impactos socioambientales, siguen adelante. Brasil y Argentina lideran este proceso, Venezuela ya construyó la gran presa de Guri (hoy Simón Bolívar) que provee el 73% de la energía eléctrica del país. Brasil tiene numerosas represas, proyecta más y apoya proyectos binacionales con otros países; de acuerdo con una nota de IPS compite con China para el desarrollo de otros proyectos en Latinoamérica. Argentina construye dos grandes presas, la de Chapetón y Patí, en lo que llaman la cuenca de las represas. Chile proyecta 8 represas en el sur del país. Ecuador está desarrollando el proyecto Sopladora con capitales Chinos en las provincias de Azuay y Morona Santiago, que aportará 487,8 megavatios (MW). El crecimiento económico del Perú demanda energía que está siendo prevista crecientemente por termoeléctricas a gas, las nuevas represas programadas, como la Inambari en Madre de Dios, servirán para compensar este déficit y abastecer al mercado brasilero. Colombia construye una gran represa cerca de Medellín (Ituango), y acaba de inaugurar la del El Quimbo.

En suma, las energías alternativas no la pasan bien, así como luchan contra las corrientes, lo hacen contra los intereses. En Barcelona y en Montevideo se alzan voces contra las voces del destino. Martínez Alier proclama la necesidad de un decrecimiento de la economía, u Gudynas se levanta contra el extractivismo de derecha y de izquierda. Dicho de otra manera, si el cambio climático es función del incremento de CO2 y éste continua aumentando, solo nos quedan los ambientalistas para conjurarlo.

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