MASA: UN POEMA UNIVERSAL y ETERNO de César Vallejo.
Hay poemas universales y eternos, que podrán ser traducidos a cualquier idioma y recitados ante cualquier público y siempre serán entendidos, en su esencia y en su nervio poético, en todas partes y en todos los tiempos. El poema MASA de César Vallejo, es sin duda alguna, uno de ellos.
Y eso es así, porque en este poema, VALLEJO toma y despliega: dos temas universales tremendos: la GUERRA y LA MUERTE. Dos constantes de la existencia humana, hoy, aquí, mañana y siempre.
Dos temas que harán estremecer a cualquier público o auditorio. Que la gente siempre sentirá y se sobrecogerá, con tan sólo oír nombrarlos. A los cuales VALLEJO dota de belleza, resonancia y dimensión poética.
Porque, este poema igual podría ser recitado en el descanso de las huestes de la estepa, antes de la batalla de Balkhara contra Ciro o en las trincheras del Marne o en las junglas de Saipán a las tropas del general Saito. O ante las cómodas butacas del mejor teatro de tu localidad. Y siempre sobrecogerá.
Vallejo escoge, dos frases cortas, brillantes y perfectas, para introducirnos en el escenario de la muerte y de la guerra. Al escucharlas ya tenemos todo el cuadro gigantesco, dramático y épico del poema. Esas dos frases, tan concisas, pero a la vez tan perfectas, son:
“ Al fin de la batalla… y muerto el combatiente….”
Al oír tales frases, tenemos ante nosotros, todo el panorama de la historia humana. Una batalla ha terminado y la muerte se pasea entre sus despojos. Así comienza el poema, que es un canto a favor de la unidad humana y una arenga de la solidaridad de los hombres contra todo, incluso contra la soledad de la muerte.
Porque VALLEJO, en todo el poema lanza un alegato a favor de la hermandad humana. Sólo unidos, todos los hombres juntos, al margen de razas, culturas o posiciones socio-económicas, podremos vencer incluso a la muerte. El poema concluye, cuando TODOS, absolutamente TODOS los hombres de la tierra SE UNEN para darle vida al cadáver y entonces éste, al fin puede despertar, no puede negarse al pedido que le hacen todos sus hermanos, no puede negarse al reclamo que le formulan todos juntos y al fin se levanta y camina de nuevo.
¡Qué inmensa alegoría! Ante nosotros, el colectivo humano pasa a ser Dios que revive a LÁZARO. El hombre masa puede resucitar al individuo, el hombre masa puede vencer a la muerte…. Ergo, el hombre unido, la humanidad unida es Dios mismo. Y puede vencer al odio. Y puede…. vencer a la guerra.
Porque finalmente, MASA es también un canto a favor de la PAZ y contra la guerra. Si percibimos, que la unión de todos los hombres de la tierra, que VALLEJO canta y proclama triunfante en el poema, significa que incluso los adversarios, que acaban de enfrentarse en el combate, finalmente se UNEN para lograr que el muerto en la batalla vuelva a la vida.
Algunos dirán que la dimensión del poema es utópica. Ello es incuestionable, pero la utopía es algo imprescindible para el ser humano. Sólo así se puede proyectar un mundo más amable, más justo, más solidario; libre de egoísmos y ambiciones desmedidas, de razas y posiciones. En definitiva: un mundo más digno para absolutamente TODOS los hombres.
Mi primer encuentro, con el poema MASA del inmortal Vallejo; fue cuando tenía nueve años y mi padre me enseñó a recitarlo; en el verde valle del Mantaro.
De niño no entendía el contenido del poema, me inquietaba las palabras, cadáver, muriendo, la multitud y bueno no le tome mucho interés, hoy con el paso de los años, los contextos para entenderlo cambiaron, aplicado al dolor familiar de pasar un desafío o al drama nacional deportivo de un error en el juego, ciertamente la universalidad del poema cobra vigencia en la necesidad de la solidaridad real que necesitamos para salir adelante.