Por IDEOLOGÍA, entendemos en forma genérica, una reflexión teórica sobre la praxis social, a partir de la cual se va construyendo una visión y un proyecto del mundo, que se patentiza como guía para la acción.

Esta definición de ideología, que ubica a la misma, como justificación teórica de la práctica social y política, y que para algunos autores como MIRO QUESADA RADA es ya una definición limitada[1]; puede ser ampliada si asumimos que la ideología tiene tres funciones básicas, como recuerda LAZO CIVIDANES[2]: una función cognoscitiva (como medio de simplificación de la realidad para facilitar su comprensión); una función afectiva (como medio de gratificación psicológica mediante sentimientos de pertenencia e identidad) y una función normativa (como guía para el comportamiento político), es decir como guía para la acción.

En tal sentido, uno de los elementos clave, a tener en cuenta para todo proyecto de transformación o mejora de los servicios de las instituciones del Estado, y es más, para el desarrollo pleno de toda la colectividad, es lograr: que los servidores de la FUNCION PUBLICA de todo nivel, conozcan, asuman y lleven a la práctica una ideología de amor, respeto y compromiso con el pueblo, la nación y el ESTADO DEMOCRATICO SOCIAL de DERECHO(3). Ello significa en primer lugar, identificarse con la realidad nacional, social y cultural del país, con sus carencias y posibilidades, con sus raíces y su proyección histórica, su pasado, su presente y futuro; y particularmente, con los Principios y Valores consagrados en la norma fundamental del Estado: LA CONSTITUCION POLITICA, norma primordial que delimita y guía el ejercicio de la función pública, sus alcances, y perspectivas doctrinarias; en relación a la realidad social.

Cabe recordar, que identificarse con el país y sus problemas, es decir: asumir la realidad, la identidad y las necesidades de nuestra sociedad, en concordancia con el modelo ideal establecido en la norma fundamental del Estado, es algo que tiene profunda relevancia para la labor que se desarrolla en la Administración y Gestión Pública; el conocimiento de esta problemática y su discusión, nos permitirá comprender la realidad social en que laboramos y prestamos nuestros servicios (función cognoscitiva de la ideología); nos hará sentirnos más motivados y gratificados psicológicamente para cumplir nuestras obligaciones, mediante sentimientos de pertenencia, cohesión e identidad con el país y su historia (función afectiva de la ideología) y por último: asumiremos nuestra labor como trabajadores públicos, que estamos obligados con el pueblo y con los valores del Estado democrático social de derecho, fruto de tantos esfuerzos, luchas y sacrificios, e igualmente comprometidos con el proyecto sectorial y nacional en ciernes (función normativa de la ideología, como guía para el comportamiento social y político).

En suma, el debate y esclarecimiento, de las raíces, de los ejes doctrinarios y de los retos de la función pública, al cual nos sumamos con este modesto aporte, se orienta a servir como una guía para la acción; en la búsqueda de la cohesión que nuestra sociedad debe alcanzar en su diversidad, en la búsqueda del respeto a la pluralidad cultural y étnica que caracteriza a lo peruano; y sobretodo en la búsqueda de la ética nacional, que debe inspirar al servidor público para combatir toda forma de corrupción; en pro de la paulatina consecución de una sociedad más justa, más humana y más desarrollada.

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[1] MIRO QUESADA RADA, Francisco: CIENCIA POLITICA, Lima, 1985, pp. 274.

[2] LAZO CIVIDANES, Jorge: IDEOLOGIA y ANTIGLOBALIZACION, Revista de Ciencia Política, vol. 24, Número 001, Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago-Chile, 2004, pp. 172. Revcipol@puc.cl 2004.

(3) Art. 43 de la Constitución Política del Perú: “La República del Perú es democrática, social, independiente y soberana.”