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¿Qué sucede cuando los maestros conversan?

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Como profesores, las relaciones en una escuela son un poco curiosas. Podemos tener buenos amigos, así como conocidos y así podemos hablar de una amplia gama de relaciones de todos los colores. También es posible que puedan pasar más de un día en el que no hable con ninguna de estas personas, más allá de un saludo al llegar a la escuela o un gesto al encontrarnos con otros en los pasillos o en el cambio de horas. Y no se trata tanto de que los profesores seamos tímidos, huraños, o algo parecido. Creo que más bien es el cómo la escuela está organizada.

Entre las clases para dictar durante el día, los trabajos para corregir, las sesiones que planificar, los materiales para preparar, los padres que escriben o que piden reuniones, la verdad es que hay poco espacio dentro del horario de un profesor para que pueda sentarse a conversar con otros profesores. Alguien podría pensar, “sí, es cierto; pero ¿y qué?” Aparentemente no es un tema grave, pero en realidad es un poco más complejo de lo que parece.

Pensemos en un momento en la importancia de las relaciones interpersonales. Pensemos en lo demandante que es emocionalmente el trabajo de un maestro. Pensemos en cuántas veces los profesores sentimos que nos quedamos sin ideas. Pensemos también en las veces (en muchas escuelas, muy pocas o escasas veces), en la que los maestros logran conversar por un buen rato. ¿Qué sucede cuando se sientan a conversar?

Por un lado, encuentran un apoyo emocional a su trabajo, alguien que escucha los problemas y que los comprende porque los vive también o los vivió, que puede dar un consejo para solucionar una situación difícil con un alumno, un padre o un colega, que puede facilitar incluso materiales, estrategias, contenidos. Mejor aún, muchas veces, cuando los maestros se sientan juntos pueden identificar problemas que involucran a más de una persona, a más de un salón, problemas que involucran a la escuela como comunidad o institución, cuando menos. Entonces, las ideas surgen, las alternativas de solución se proponen. La innovación y la resolución de problemas no son cuestión de física cuántica, sino que muchas veces surgen espontáneamente ante la oportunidad de intercambiar ideas, de plantear situaciones, de conversar finalmente. Hasta lo que va de mi experiencia en más de una escuela, cuando los profesores se reúnen, aún en eventos sociales, en algún momento buscan hablar de la escuela: existe una necesidad real de hablar entre maestros.

¿Por qué no aprovechar desde la gestión, desde la dirección, las capacidades profesionales, el conocimiento y la experiencia de los maestros para promover la innovación en las escuelas? ¿Por qué no consideramos darle a los maestros un momento para conversar dentro de su horario de clases?

Sociedad del Conocimiento IV: TIC y Aprendizaje

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Referente al tema del conocimiento y su implicancia en la sociedad, es muy común hallar información estrechamente asociada a las TICs; y para ser más exactos a la Internet.

La difusión de la Internet en el Perú es más bien el resultado de la combinación de una gran demanda social y del éxito de las cabinas públicas de Internet, como una alternativa empresarial, mayormente informal, que provee acceso barato a la red. Esto significaría que la desigualdad económica no es una traba infranqueable para acceder a TICs y en consecuencia, los beneficios de estas tecnologías podrían llegar a una gran cantidad de peruanos; lo cual facilitaría la consolidación de una sociedad de la información en el Perú y, en extensión, la realización de condiciones para el tránsito hacia una sociedad del conocimiento.

Sin embargo, esta difusión de usuarios de las TICs no necesariamente implica un alcance favorable en cuanto al desarrollo del conocimiento debido a que la persona no necesariamente está preparada para discriminar, seleccionar, analizar la información y los datos a los que accede. Lo cual señalaría insuficiencia de la tecnología por sí misma. Resulta, así, la incidencia de la necesidad de educar para pensar y para la innovación.

Esta avalancha tecnológica está cambiando los procesos de aprendizaje en las generaciones jóvenes actuales y, especialmente, en las futuras debido a que acceden a una edad más temprana a tecnología “de punta”.

Así, es cotidiano que un joven desarrolle diversas actividades en paralelo al pasar tiempo en una computadora. No requiere enfocarse plenamente en una sola actividad, sino que es capaz de mantener una o múltiples conversaciones, por ejemplo. Esto es conocido como media multi-tasking y es un fenómeno creciente en el mundo.

El año pasado, la organización Kaiser Family publicó una investigación al respecto y entre sus conclusiones se afirma que los adolescentes, al desarrollar diversas tareas en forma simultánea adquieren mayor cantidad de información en el mismo tiempo. Ahora bien, esta investigación no se centra en cuestiones educativas, sino más bien recreativas, uso principal de estos medios y recursos (Rideout, Roberts & Foehr, 2005). Sin embargo cabría realizar cuestionamientos a partir de esta investigación y este fenómeno: ¿Cuál es el nivel de profundidad con el que adquieren esta información? ¿Existe realmente una adquisición de información o es en realidad solo una exposición a esta? ¿Qué habilidades se benefician o perjudican a partir de este fenómeno? ¿Qué implicancias tiene en los procesos de aprendizaje para esta generación y las siguientes que serán “nativos tecnológicos”? ¿Qué implicancias tiene en la gestión del conocimiento? ¿Cuál es el impacto en la educación y cómo se debe enfrentar este fenómeno?

Aparte del media multi-tasking, existe otro fenómeno que ha tenido una mayor investigación en el campo educativo y que se relaciona a los procesos de aprendizaje. El flujo de los hipertextos en Internet ha desarrollado la posibilidad de asociar temas diversos. Algo semejante sucedería en muchos jóvenes a quienes el tratamiento monotemático resulta muy poco estimulante, mientras que las asociaciones de temas aparentemente inconexos pueden resultar benéficas, pues además, se perfila a desarrollar un pensamiento integrador.

Así, gracias a los sistemas de hipertextos, el aprendizaje se realiza durante la navegación. Es decir, a medida que una persona procesa la información de un determinado texto del sistema, debe integrar esos datos en la estructura de conocimiento que ya posee sobre el resto de contenidos del sistema. Con la incorporación de esos nuevos datos, el conocimiento de un usuario puede cambiar tanto cuantitativa como cualitativamente. Por tanto, el orden en la adquisición de la nueva información, determinará en parte la forma final en la que se almacene el conocimiento adquirido durante la navegación (Salmerón y otros, 2006; Rodríguez y otros, 2006).

Como observamos, existen diversos aspectos a considerar que deben ser investigados respecto al impacto de las TICs en el aprendizaje. Hay varias investigaciones en lo que es la enseñanza o el uso de las TICs en la educación; pero creemos que el reto de comprender el impacto en los procesos de aprendizaje nos brindará herramientas para enfrentar procesos educativos y, así, de generación de conocimientos en diversos niveles y ámbitos.

Referencias

Rideout, Victoria; Roberts, Donald & Foehr, Ulla. “Generation M: Media in the Lives of 8 – 18 years old”. Fecha de acceso: setiembre de 2006. http://www.kff.org/entmedia/upload/Executive-Summary-Generation-M-Media-in-the-Lives-of-8-18-Year-olds.pdf

Salmerón, Ladislao y otros (2006). “Análisis de la adquisición del conocimiento en sistemas hipertexto a partir de las estrategias de navegación del usuario”. Fecha de acceso: setiembre de 2006. http://lsi.ugr.es/~fguti/taller/06/ladislao%20salmeron.pdf

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Sociedad del Conocimiento III: Entrando al campo de la Gestión del Conocimiento

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El estudio del conocimiento humano ha sido objeto fundamental de la filosofía y la epistemología desde la época de los griegos, pero en los últimos años ha recobrado importancia y se le ha prestado más atención que antes. Autores como Nonaka y Takeuchi (1995)(1) consideran el conocimiento como la unidad analítica básica para explicar el comportamiento de las empresas, partiendo de la creencia de que la organización procesa y crea conocimiento, tanto tácito como explícito, propiciando la interacción entre ellos.

La revolución de la tecnología de la información, entendida como la convergencia de la electrónica, la computación y las telecomunicaciones, proporcionó la base material indispensable para este nuevo sistema económico cuya estructura es la conexión histórica entre el conocimiento y la información, su forma de organización en red y la revolución de la tecnología de la información.

Ello ha hecho surgir un cambio respecto a la valoración del conocimiento. En un inicio, las empresas han reconocido que su principal activo es el conocimiento de sus trabajadores; por tanto, se consideran fundamentales los sistemas de información que permitan a las empresas obtener información del entorno, de manera fiable y oportuna adquiriendo una dimensión clave para el proceso de aprendizaje, siendo el de carácter individual prerrequisito para el aprendizaje organizacional (Flores, 2005).
Después, otros sectores fueron tomando conciencia de lo vital del conocimiento para el desarrollo de cualquier organización, grupo humano vinculado por ciertos fines comunes. En consecuencia, la gestión del conocimiento se ha posicionado como un aspecto sumamente relevante para el desarrollo de cualquier organización y, en extensión, de las sociedades.

Concretando el tema y relacionándolo con lo educativo, hemos observado que la gestión del conocimiento requiere de personas con una serie de habilidades y capacidades para transformar la información en conocimiento, y para manejar en forma pertinente y eficiente el conocimiento para lograr acciones efectivas. Ello implica que la educación debe reformarse a sí misma en función a una actualización del concepto de sociedad local y global. De esta forma, debe buscar educar para innovar y pensar.

(1) Tomado de Martín de Castro, Gregorio (2004). “Bases conceptuales para la dirección del conocimiento en organizaciones”.

Referencias

Flores Urbáez, Matilde (2005). “Gerencia del conocimiento: Su relación con la generación de conocimientos”. Revista de Ciencias Sociales.Vol. XI No. Pp. 229 – 245.

Martín de Castro, Gregorio (2004). “Bases conceptuales para la dirección del conocimiento en organizaciones”. Revista de Investigación en Gestión de la Innovación y Tecnología. Fecha de acceso: setiembre de 2006. http://www.madrimasd.org/revista/revista20/tribuna/tribuna3.asp

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Sociedad del Conocimiento II: Alcances de la revolución del conocimiento

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La información y el conocimiento cruzan los distintos espacios sociales transformándolos porque modifica, según Falero (2006), las relaciones sociales que a su vez pueden potenciar o bloquear el desarrollo de las nuevas fuerzas productivas.

El conocimiento se ha convertido en el principal “insumo”productivo que ha desplazado, así, al capital y al trabajo. De esta forma, se perfila como el motor fundamental del cambio y del crecimiento económico en el nuevo contexto global. En consecuencia, se afirma que el bienestar de las personas y la capacidad de competir de las empresas dependen en alto grado de las ciencias y la investigación antes que de la disponibilidad de recursos naturales, por ejemplo (Távara y Vaccaro, 2006).

Lo que plantearía para cualquier país la facultad de potenciar un desarrollo nacional basado en el capital intelectual de sus habitantes. Ello, claro está, implica la necesidad de desarrollar estrategias para la mejora de la calidad educativa, la promoción de la investigación, la creatividad y la innovación, entre otros aspectos. Se trata pues de invertir en las personas.

Por otro lado, ya que esta cualidad está centrada en los países desarrollados, se acentúa una brecha entre naciones; e incluso, dentro de un país, la brecha de incrementa entre sectores que pueden acceder o manejan los beneficios de la información y el conocimiento, y los que tienen limitaciones para acceder a éste. Lo anterior se yergue dentro de la línea de la ideología del poder dominante a escala global que busca controlar el conocimiento y ponerlo al servicio de sus propios intereses (Tavara y Vaccaro, 2006).

Esto no quiere decir que no exista la posibilidad de salvar esta brecha. La situación de “país no desarrollado” no es necesariamente eterna o invariable. Por el contrario, con las políticas, lineamientos y acciones adecuadas se puede velar por el cambio. Tenemos como ejemplos históricos países como Japón o Corea del Sur. Geográfica y culturalmente más cercanos tenemos países latinoamericanos que han estado desarrollando un cambio de enfoque hacia el conocimiento antes que los bienes tangibles que les permite mejorar sus niveles de desarrollo humano.

En este contexto es preciso reconocer que la transición hacia sociedades del conocimiento en países como el nuestro, involucra cambios culturales e institucionales que deben ser generados por fuerzas que operan dentro de las sociedades.

Por otra parte, debemos reconocer también que el desarrollo del conocimiento y la facilidad para acceder a la información así como los cambios tecnológicos y de comunicaciones que se desarrollan han acelerado la vigencia de las generaciones de manera que se pueden apreciar cambios generacionales también acelerados y que se configuran marcadamente distintos. Así se ha abierto una brecha en función, por ejemplo, al manejo de los recursos tecnológicos. Así, el sector juvenil es conciente de poseer y dominar un conocimiento útil y valioso en diversos sectores y mercados al punto de convertirse en un factor de afirmación. Como resultado, se aprecia una significativa aceleración en la captación y manejo de técnicas y conocimiento operativo considerados de mayor aplicabilidad, y, con frecuencia, un menor interés por la formación teórica y por profundizar en el ser abstracto (Jaworski, 2006).

Sobre esta situación, a partir de nuestra experiencia, aclaramos que el manejo de estas tecnologías no es exclusivo de las generaciones más jóvenes. Muchas personas adultas y mayores acceden y tienen un buen desempeño en su manejo. Sin embargo, comparativamente, la mayor parte de las generaciones jóvenes accede en mayor número, frecuencia y facilidad para aprender su uso.

Ahora, ante esta avalancha de información y tecnología, observamos que el problema es cómo lograr que las personas funcionen estratégica, crítica y creativamente, evitando el simplismo del “Copiar y Pegar” y la alienación que implica la subordinación intelectual(Claux, 2006).

Esto nos lleva a considerar diversos aspectos —dos de los cuales ya hemos señalado—. Por un lado, nos reitera la necesidad de invertir en las personas para que sean usuarios críticos de la información y puedan generar conocimientos. También apunta a la necesidad de brindar las condiciones necesarias para el tránsito a una sociedad del conocimiento.

Aparte de ello, nos apunta a tomar conciencia que la revolución del conocimiento en un mundo globalizado nos exige la toma de conciencia sobre el desafío de formar ciudadanos que sean capaces de vivir en forma armoniosa dentro de dos dimensiones: ciudadanos locales y globales. Es decir que debemos buscar el convertirnos en personas que puedan vivir un sentido de pertenencia doble: un sentido de identidad local, identificación con su nación, cultura, etc. pero que no bloquee a la persona en su relación con el mundo, sino que pueda concebirse como miembro de éste. Esta doble dimensión de “ciudadanía” es sumamente importante pues resulta una consabida exigencia para el siglo XXI, y favorece un desarrollo con relaciones más favorables que eviten actitudes xenofóbicas o alienación (Hopkins, 2005).

Creemos que aquí yace, en cierta forma, la necesidad del respeto a la diversidad a la par del reconocimiento del otro y el respeto a la igualdad en cuanto a todo ser humano.

Todos estos son algunos aspectos que resaltamos acerca del impacto de la revolución del conocimiento en la sociedad y cómo hemos observado durante este documento, ello tiene implicancias en la educación que desarrollaremos en el contexto de la gestión del conocimiento.

Referencias

Claux, Mary (2006). “Comprendiendo el pensamiento innovador”. Fecha de acceso: setiembre de 2006. http://palestra.pucp.edu.pe/index.php?id=85

Falero, Alfredo (2006). “¿Por qué es importante entender la actual revolucion del conocimiento?” Fecha de acceso: setiembre de 2006. http://www.pvp.org.uy/falero.htm

Hopkins, José Armando (2005). “La globalización, la revolución del conocimiento, tecnología y educación”. Material del curso Gestión del Conocimiento en el campo educativo de la Maestría de la Educación con mención en Gestión de la Educación. Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú.

Jaworski, Hélan (2006). “Pensar, saber y enseñar entre las generaciones”. Fecha de acceso: setiembre de 2006. http://palestra.pucp.edu.pe/index.php?id=152

Távara, José y Vaccaro, Giannnina (2006). “Economía y sociedad del conocimiento” Fecha de acceso: setiembre de 2006. http://palestra.pucp.edu.pe/index.php?id=240

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La Sociedad del Conocimiento I: Globalización y Conocimiento

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Antes de iniciar el desarrollo de nuestro trabajo, consideramos pertinente determinar nuestro enfoque respecto a dos conceptos claves: la Globalización y el Conocimiento.

Coincidimos con Stromquist (2002)(1) al enfocar a la Globalización como un proceso donde se producen una diversidad de acontecimientos paralelos acelerados en varias esferas; y ha creado una relación estrecha entre economía, tecnología, cultura y política. Todo ello se mueve principalmente bajo intereses económicos.

Sin embargo, creemos que este concepto debe complementarse con la propuesta de Giddens (Iranzo: 2006) que enfatiza a la información como aspecto central en el cambio de era, producto de la Globalización; y que, aparte del impacto en las áreas ya señaladas por Stromquist, ha hecho virtualmente imposible plantear cualquier traba a los mercados que operan con intangibles, especialmente los financieros y tecnológicos. Ello debería abrir una vertiente hacia una mayor cooperación entre sociedades, pero también supone una readaptación para muchas de las instituciones sociales.

Esto nos lleva a pensar en la importancia de la información en un mundo globalizado; sin embargo, no es la información lo verdaderamente valioso, sino el conocimiento; lo cual se ha concebido el resultado de un proceso de transformación entre las personas y la información donde al conjunto de los datos e información se le ha dado un orden y un significado (Insa, 2006). Esta idea la podemos complementar, para efectos de la gestión en las organizaciones, tomando en cuenta que el conocimiento llevará en algún momento a acciones efectivas (Bodas, s.a.).

En síntesis, podemos afirmar que la Globalización es un fenómeno de alcances múltiples a escala mundial donde la habilidad para crear conocimiento a partir de la gran producción de información difundida por las tecnologías de la información y comunicación (TICs) es un aspecto vital.

(1) Tomado de Capella (2006).

Referencias

Capella, Jorge (2006). “Percepciones de diversos autores acerca del tema información/conocimiento en nuestro país”. Material del curso Gestión del Conocimiento en el campo educativo de la Maestría de la Educación con mención en Gestión de la Educación. Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú.

Iranzo, Juan Manuel (2006). “Un mundo desbocado. Los efectos de la globalización en nuestras vidas”. Fecha de acceso: Setiembre de 2006. http://www.fes-web.org/revista/archivos/res01/13.pdf

Insa, José (2006). “Comunicación y Conocimiento: Gestión del desarrollo”. Fecha de acceso: 15 de octubre de 2006. http://www.edicionessimbioticas.info/article.php3?id_article=705

Bodas, Diego (SA). “Introducción a la gestión del conocimiento, gestión documental y CMR”. Fecha de acceso: setiembre de 2006. http://www.puntoedu.edu.ar/comunidades/econ/admin-empresas/+info/nuevolenguaje.pdf

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