¿Puedes empezar hablando un poco acerca de ti?
A ver… estudié Educación Secundaria en la Universidad Católica, con especialidad en Lengua y Literatura. Trabajé en Lima como profesora de secundaria de Lengua y Literatura. Viajé a Estados Unidos New York, con un programa de profesores, Amity Institute. Regresé a Lima y busqué trabajo como profesora de Lengua y Literatura pero conseguí trabajo como profesora de inglés para niños entre 7 y 11 años. Luego regresé a Estados Unidos, California, e hice una maestría en la enseñanza de lenguas extranjeras en Stanford University. Toda mi experiencia había sido enseñando español e inglés, pero cuando me mudé a Houston, Texas, ya con la maestría, me ofrecieron ser profesora de francés para niños entre 5 y 12 años. El francés lo había aprendido en Lima luego de mi primer viaje a Estados Unidos. Aquí en Houston es en donde he aplicado todo lo posible e imaginable en la enseñanza de lenguas, todo lo que aprendí en mi experiencia de profe, en la maestría, y como estudiante de lenguas. Aún el aprendizaje de una primera, segunda, tercera o sin fin lengua me parece increiblemente maravilloso.
Cuando uno piensa en un profesor de Literatura, lo imagina hablando de Quevedo, García Lorca, Cortázar y Shakespeare; sin embargo, tú has tomado un camino diferente. ¿Cómo llegaste a la enseñanza de lenguas extranjeras?
Y es exactamente como me imaginé cuando empecé en el campo de la educación. Con mis lentes y mis libros discutiendo textos. Nunca me imaginé dictando clases de español, inglés y menos de francés. Creo que toda mi carrera se ha venido hilando gracias a las oportunidades que se me han presentado y he tomado y no necesariamente porque yo las haya buscado. Trabajé como profesora de Lengua y Literatura en Lima y luego tuve la oportunidad de ir a un programa de profesores a Estados Unidos. La primera vez estuve en Rochester, Nueva York y es en donde empecé a enseñar español. Me pareció muy divertido porque hacía actividades de la nada. Hasta cuando estornudaba y decía ‘salud’ y ‘gracias’ sentía que la gente aprendía de mí. Lo que me encantó es que pude enseñar a grupos muy diversos en todo sentido, sobre todo edades. Tuve alumnos de 3 años hasta 85, quienes por cierto fueron los más entusiastas. Cuando regresé a Perú busqué trabajo como profesora de Lengua y Literatura pero me ofrecieron trabajo de profesora de inglés para niños. Trabajaba en un colegio de lunes a viernes y en un instituto de idiomas los fines de semana. No sentía que mi inglés fuera tan avanzado pero lo suficiente para hacer actividades para niños. Sentí que las clases fueron para mí porque aunque eras cosas sencillas me esmeré en buscar un poco más para lucirme. Mi corta experiencia me hizo pensar que tal vez!! … algún día!! podía ser profe de lenguas extranjeras así que me animé a estudiar francés en la Alianza Francesa. El inglés nunca me gustó y si aún así lo había aprendido pensé que el francés lo aprendería más rápido porque me encantaba!!! Hice todos los niveles en 9 meses y hasta pasé los examenes internacionales (Delf 1 – 4) soñando en poder hacer un post grado en Francia. Por cosas del destino regresé a Estados Unidos, ahora a California, y disfruté de casi dos años sabáticos. Como muchos, o pocos saben, Estados Unidos está lleno de gente internacional y es en donde encontré a Veronique, una francesa que sabía español con quien me reunía para hablar dos veces por semana. Se me hizo facilazo aprender hablando y no podía creer como aún con errores y no una excelente pronunciación mi francés fue mejorando tanto. Decidí probar con el portugués y el italiano también… total, qué tan difícil podía ser!. Tomé clases formales de gramática de ambos idiomas pero me aburría totalmente porque yo quería hacer diálogos, moverme en clase, leer, ver videos!!! pero todas mis clases formales eran lo mismo. Además los profesores hablaban un montón en inglés para traducir porque los otros estudiantes americanos no entendían. Claro, era mucho más fácil para mí porque yo hablaba español. Tomé 3 meses de Portugués y 6 meses de italiano y cuando ya sabía toda la gramática conseguí una amiga brasileña y una italiana que gustosas aceptaron conversar conmigo. Muy aparte de estas actividades estudiaba inglés por mi cuenta y era voluntaria dando clases de conversación de español. Postulé a Stanford University para un programa de Maestría en la enseñanza de lenguas extranjeras y cuando me aceptaron en el programa fue uno de los momentos más felices de mi vida!! No sólo por ser una excelente universidad sino también por todo el esfuerzo que puse estudiando, dando mil exámenes, pasando entrevistas y haciendo mil trámites de visas y documentos que me volvían loca!! y todo en inglés. Yehh una razón más por la cuál es importante aprender una segunda lengua. /div> Sigue leyendo