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¿Qué produce una escuela?

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“¿Qué produce una escuela?” es la premisa con la que empieza el clásico “En la escuela. Sociología de la experiencia escolar” de Dubet y Martuccelli. Puede parecer una cuestión ya caduca para muchos porque implica pensar en el alumno, en un ser humano en términos de “producto”; sin embargo, es un hecho que toda escuela produce un perfil, uno oculto, uno totalmente inconsciente.

Básicamente, una escuela, lo quiera o no, introduce en las personas una serie de posibilidades y limitaciones, preceptos sociales, entre otros aspectos. Por ejemplo, una escuela pública en una zona marginal puede llevar un mensaje implícito que dice a sus alumnos que van a tener ocupaciones técnicas; puede decirles que han nacido y siempre vivirán en la marginalidad. Despúes de más de 10 años de escuchar este mensaje oculto, una persona terminaría creyéndolo. Por el contrario, una escuela privada en una zona socioeconómicamente alta envía un mensaje que exige a los alumnos llevar cierto estilo de vida, cierto estatus social y cumplir con una serie de expectativas sociales.

Estos ejemplos, obviamente, son meramente gráficos, son incluso, algo caricaturescos; sin embargo, ponen en claro la idea del currículum oculto: valores, principios, hábitos, expectativas, formas de interrelación, etc. que toda escuela posee.

En el caso de las escuelas públicas, a las cuales les exigimos una mejora en la “calidad” de sus contenidos o en la “calidad” de los aprendizajes, creo que es importante considerar el currículum oculto que se le brinda. Desde la entrada, al ingresar a un ambiente físico abandonado, sin mantenimiento, con una estructura arquitectónica rígida o cuasi militar, se está brindando un mensaje que quedará grabado.

No es imposible que exista gente con capacidad de cambiar su estilo y calidad de vida, pero este currículum oculto dificulta la posibilidad de movilización social.

En una futura entrega, ahondaré más en el tema a modo de reseña del libro de Dubet y Martuccelli.

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