El día de hoy, quizá muchos hayan visto la noticia que comenta que una niña de 17 años que ganó el premio Nobel de la Paz. Quizá recién hoy día muchos se vayam enterando de su historia: una niña que bajo un seudónimo empezó a hacer publicaciones en el blog de la BBC en una época en la que muchos niños y principalmente niñas dejaron de ir a la escuela por las prohibiciones de los talibanes de la región. Luego, el conflicto armado empeoró esta situación. No obstante, ella y un grupo de niñas, gracias al apoyo de algunas valientes maestras, siguieron recibiendo una educación.
Desde entonces, Malala Yousafzai ha levantado la voz, actualmente desde fuera de su país después del atentado contra su vida, reclamando el derecho de las mujeres a la educación; todo motivado por un sólido principio: es lo justo.
Malala ha levantado la voz por todas las niñas y mujeres en Pakistán; y este hecho no solo me hace pensar en la situación que están pasando ellas allá, si no también en la situación de las niñas y mujeres en nuestra América Latina, donde deben enfrentar otro tipo de dificultades para poder acceder a una educación, a un derecho, a una herramienta para su desarrollo personal.