En una escuela secundaria en Washington DC, Ballou High School, luego de cansarse de suspender de clases a los alumnos “problema”, optaron por un enfoque diferente.
Lo usual en muchos casos, es que cuando un alumno genera algún problema, el pensamiento inmediato de maestros y de padres, es que la persona debe aislarse del grupo. Después de todo, M y J estuvieron peleándose en el patio de la escuela. Todos lo vieron. Es lógico pensar que debe haber una sanción y con un mensaje muy claro de que este tipo de conductas no se van a tolerar.
Muy normal. Después de todo se está mostrando que ante una conducta agresiva, ofensiva, violenta, irrespetuosa o riesgosa, no hay lugar. Sin embargo, muchas veces se recurren a sanciones que son humillantes e incluso agresivas.
Después de un tiempo, no importan las amenazas y los castigos. Un enfoque agresivo que deposita toda la culpa en una persona, pero que no muestra la responsabilidad comunitaria ni las consecuencias de los actos solo perpetúa el problema. ¿Qué tal si en lugar de buscar culpables entendemos la situación y asumimos nuestras responsabilidades? ¿Qué tal si en lugar de botar a los “malos” los ayudamos a integrarse a la comunidad?
La verdad es que M y J ni siquiera saben bien por qué pelearon. Recuerdan que hubo algunos insultos y luego las cosas se fueron encendiendo. En un momento J sintió mucha rabia y empujó a M, quien a su vez arremetió un golpe a J con su derecha. Alguien gritó que había pelea. De pronto un montón de muchachos estaban alrededor gritándoles, arengando a sus favoritos.
Esta escuela en los Estados Unidos así como otras escuelas en otros países, está buscando un enfoque basado en la reparación o justicia restaurativa, la cual requiere que los estudiantes involucrados se comprometan con una reflexión para tomar responsabilidad –que es muy distinto de la “culpa”. Ello implica ofrecer unas disculpas a los afectados y renovar su compromiso con la comunidad. Esto último implica dar, hacer algo positivo por los demás, algo significativo y que requiera un esfuerzo.
En Ballou, uno de los estudiantes que había sido expulsado de otras escuelas y arrestado incluso en una ocasión dijo sobre el sistema de justicia reparativa:
“Me enseñó cómo controlarme y que no todo es un juego. Que la vida es real.”
Adicionalmente, me gustaría retomar por un momento el ejemplo que presenté. En dicho ejemplo, no solo M y J están involucrados y los demás son los afectados. Los demás también tenían una cuota de responsabilidad por no hacer nada o por arengar a los demás. Si hablamos de una comunidad, los actos de unos afectan a todos. Ellos también tendrían que ofrecer disculpas y comprometerse con su comunidad.
Yetunde Reeves, directora de la escuela comentó que:
“se trata de enseñar a los jóvenes habilidades de paciencia y comunicación, siendo empáticos y adueñándose de su propio comportamiento”
Asimismo, explica que la idea principal en un proceso reflexivo es que tanto los padres, maestros y alumnos mismos tomen conciencia sobre las acciones y emociones que llevaron a un punto así. La idea es no rendirse sobre todo en aquellos alumnos que están acostumbrados a que todos se rindan con ellos y simplemente los hagan a un lado.
Fuente: When suspensions weren’t working, this high school opted for a new approach