Hay muchas respuestas a esas preguntas:
* Porque no se debe dejar lugar a la improvisación en la educación
* Porque la planificación ayuda a realizar una práctica eficiente
* Porque una adecuada planificación conlleva a una adecuada evaluación
Mi respuesta favorita es la siguiente: porque el educador debe cuestionarse sobre el objeto y el fin de la educación.
¿Han observado los libros de texto Santillana? No sé como son en otros países, pero en el Perú son textos gigantescos, de dimensiones casi enciclopédicas. La última vez que vi uno, pensé: “¿todo eso es necesario?”. Y por supuesto, los libros de Santillana son tan completos y sus ediciones para docentes son tan buenas que prácticamente se tiene la planificación del año escolar ahí.
Pero no es un asunto de sólo saber cuáles son los contenidos del año y en qué orden van. La Planificación educativa se trata de pensar en los principios a cubrir y las mejores estrategias para que las personas puedan aprovechar el ambiente de aprendizaje que el educador puede facilitar.
En los términos que me expreso, implico lo siguiente:
El educador renuncia al aprendizaje cerrado, es decir que si bien trabaja con un mínimo necesario debe brindar y estimular la posibilidad de que la persona vaya más allá de un parámetro y de un paradigma. No se trata sólo de aprender más de lo que el profesor podría enseñar, sino también ayudar a que las personas busquen y encuentren otras formas de aprender, así como atribuirles valoraciones diferentes a lo aprendido.
El educador debe redefinir su propia estructura lógica para adaptarse a las estructuras de los alumnos. Por ejemplo, si bien nosotros aprendimos en forma lineal, un adolescente nativo tecnológico probablemente no lo hará de la misma manera. Quizá, él pueda dar saltos temáticos pero que están vinculados de forma indirecta.
El educador es un profesional estratega; y por lo tanto debe ser capaz de plasmar una estrategia y planes de respaldo para lograr que todo el grupo logre llegar al mínimo establecido y lo supere. Tal estrategia debe estar enfocada en las características de las personas con las que trabaja y las condiciones en las que se desenvuelven (ya sean limitantes como oportunidades). No obstante, debería ser una estrategia susceptible de modificación sobre la marcha. La flexibilidad es vital.
El trabajo de planificación es pesado; es cierto; pero es vital. Naturalmente, será un proceso aburrido si se trata de transcribir lo plasmado en los documentos de planificación del año pasado; pero el cuestionamiento del objeto y el fin lleva a la renovación del proceso educativo, lo cual nos renueva a nosotros mismos y nos motiva para realizar un trabajo comprometido.
En las próximas semanas, les seguiré trabajando el tema de planificación. Les brindaré algunas herramientas que podrían ser útiles y compartiré algunas experiencias personales y opiniones.
Y tú, ¿tienes alguna experiencia de planificación que quisieras compartir?