“Se han logrado avances notables hacia la consecución de algunos de los objetivos de la EPT, desde que la omunidad internacional se comprometió a alcanzarlos en el Foro Mundial sobre la Educación celebrado el año 2000 en Dakar. Algunos de los países más pobres del mundo han demostrado la importancia que tienen en los progresos tanto la voluntad política como la adopción de políticas concretas. Sin embargo, si la situación no cambia, el mundo no conseguirá los objetivos establecidos en Dakar. Se debe hacer todavía mucho más por la escolarización de los niños en la escuela primaria y en otros niveles de enseñanza. También se tiene que prestar más atención a la calidad de la educación y los resultados del aprendizaje.
Los progresos hacia la consecución de los objetivos de la EPT se ven mermados por el fracaso de los gobiernos en sus tentativas de acabar con las persistentes desigualdades basadas en los ingresos, el sexo, el lugar de domicilio, la pertenencia étnica, la discapacidad y otros factores de desventajas. A no ser que los gobiernos actúen para reducir las disparidades mediante reformas eficaces de sus políticas, las promesas de lograr la EPT no se cumplirán.
Una gobernanza adecuada puede contribuir a reforzar la rendición de cuentas, incrementar la participación y acabar con las desigualdades en el ámbito de la educación. Sin embargo, los planteamientos actuales con respecto a la reforma de la gobernanza pecan de no otorgar suficiente importancia a la equidad.”