01/02/17: Desarrollo regional del Cusco y el aeropuerto de Chinchero

EL AEROPUERTO DE CHINCHERO Y EL DESARROLLO DE LA REGIÓN DEL CUSCO.

Efraín Gonzales de Olarte

En el 2012 publiqué en el diario El Comercio el artículo siguiente:

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AEROPUERTO Y DESARROLLO DEL CUSCO

Efraín Gonzales de Olarte

El proyecto del aeropuerto de Chinchero en el Cusco debe ser tomado como un proyecto de desarrollo regional del Cusco-Apurimac-Madre de Dios. En consecuencia, debe ser considerado como parte de una estrategia mucho más amplia que la sola construcción del aeropuerto.

En el gobierno de Transición del presidente Valentín Paniagua se relanzó el proyecto del aeropuerto de Chinchero que había sido planteado en los años ochenta. Lo primero que se hizo fue rehacer el proyecto inicial, elaborado sobre la base del avión más grande en su momento, el Boeing 707, pero sobre todo se tuvo que proponer que fuera dado en concesión a privados.

Bajo estas consideraciones se estimó que la inversión sólo podría recuperarse si el aeropuerto recibía unos 3 millones de pasajeros al año, como mínimo. Atraer a esta cantidad de viajeros no sería problema dados los nombres de Cusco y Machupicchu como atractivos turísticos. El problema es que el Cusco no está preparado para recibir este flujo, pues pese a las inversiones hechas hasta ahora, faltarán hoteles, restaurantes, etc., pero sobre todo faltarán otras atracciones turísticas. Machupicchu no puede recibir más gente de la que recibe y si se duplica el flujo colapsará, a menos que se generen otros circuitos como Choquequirao y otros atractivos turísticos como un “gran mall cultural” en los terrenos del actual aeropuerto.

Esto significa que se requiere de mucha más inversión y un gran esfuerzo del Estado para establecer un plan de desarrollo regional. Empero, el turismo tal como funciona actualmente tiene efectos multiplicadores sólo en las áreas turísticas, las provincias del Cusco, Calca y Urubamba. Por varias razones, el turismo no es una palanca de desarrollo para las trece provincias del Cusco, parte de Apurimac y Madre de Dios, y lo debería ser.

Por ello, la decisión de construir el aeropuerto debería ser parte de un “plan de desarrollo regional”, con inversiones y acciones que sean capaces de integrar en un modelo de crecimiento diferente al actual, a los habitantes de la región.

Sin embargo, de pronto sería mucho más desarrollista que el aeropuerto se construya en Paruro, provincia pobre y cercana al Cusco, o que los terrenos del aeropuerto Velasco Astete se utilizarán para generar un gran “Mall cultural” con: museos, teatros, centros comerciales, artesanías, hoteles, centro de convenciones. Necesitamos audacia y creatividad para aprovechar de esta oportunidad.

Publicado en el suplemento D1 de “El Comercio” del 3 de setiembre del 2012

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Cinco años después estamos sin comprender la verdadera dimensión de la construcción de este aeropuerto. En primer lugar, el lugar en el que se construirá no es el más adecuado para promover un desarrollo más equitativo y tampoco para tener un menor impacto ambiental. Lo ideal era construirlo en Paruro, muy cerca del actual aeropuerto Velasco Astete, en la provincia de Paruro en una meseta que se divisa cuando un retorna del Cusco a Lima. Hubiera promovido una de las microrregiones más deprimidas del Cusco como es Paruro, no tendría los impactos ambientales como los tendrá Chinchero, tanto en su impacto sobre las actividades agropecuarias de la Pampa de Anta y del Valle Sagrado como el impacto del ruido sobre los habitantes de esta micro región, mucho más poblada de Paruro. Además, los terrenos hubieran tenido menor costo y la inversión habría sido menor.

Pero en fin, la decisión ya ha sido tomada y se construirá en Chinchero, porque además hay una gran expectativa de los cusqueños que constituye una presión difícil de desatender.

A parte de la licitación y de la buena pro dada a Kuntur Wasi, que nos parece que se basa en un contrato de concesión inaudito, pues el riesgo ni siquiera es compartido sino que lo toma el Estado peruano, es decir todos los peruanos, que ayudaremos a crear una empresa privada, que actualmente tiene pocas credenciales financieras y técnicas. El ir o no adelante con este contrato será decisión políticas del gobierno actual.

Sin embargo, el mayor problema es que el aeropuerto es considerado solamente un proyecto para mejorar la infraestructura y conectividad del Cusco, la región del sur y el Perú. Se olvida que dadas la dimensiones del flujo de viajeros que hace rentable a este aeropuerto, por lo menos 3 millones de pasajeros al año, y dado que el Cusco es el principal centro de atracción turística del sud-américa, el recibir a estas personas significa varias cosas: En primer lugar, dotar de mejores carreteras de conexión del aeropuerto con el resto de la región, en segundo lugar se requerirá de una mayor oferta de sitios turísticos, pues Machu Picchu sólo puede recibir 3,500 visitantes por día y si el flujo llega a los tres millones habrán diariamente 8mil turistas tratando de ir a esta Maravilla y tendrán que hacer cola, mientras tanto habrá que ofrecerles otros circuitos como Choquequierao, para lo cual también se requiere inversiones en infraestructura vial y hotelera, mejorar la visita misma a MachuPicchu que tiene más atractivos que los que normalmente se visita en un día, será necesario transformar el aeropuerto Velasco Astete en un gran centro cultural, con teatros, música, danzas, malls artesanales, cines, centros de convenciones, restaurantes, escuelas de arte. Es decir, se requiere de mayores niveles de inversión tanto del estado como del sector privado para responder al “shock” desarrollista del Aeropuerto de Chinchero.

Esto también significa toda una estrategia para la formación de capital humano en todas las áreas, la atracción de empresarios, artistas, especialistas, la mayor integración de las universidades e institutos técnicos, para responder a la nueva demanda de profesionales especializados y de técnicos. Además, se ha de requerir incrementar la producción agropecuaria, agroindustrial, artesanal y eventualmente petroquímica en la medida que el gas de Camisea ha de pasar por el Cusco.

En su conjunto se requiere establecer un esquema financiero capaz de apoyar a todos estos tipos de inversión. Estoy seguro que todos estos temas o no se piensan o simplemente se espera que, como todos los problemas del Perú, se arreglarán solos.

Todo esto requiere un enorme esfuerzo de planeamiento del sector público, pero sobre todo un gran esfuerzo de cooperación con el sector privado, de todos los tamaños y en todos los sectores. Por ello, este aeropuerto es el pivote sobre el que se puede desarrollar toda la región. Sin embargo, si todo esto se quiere dejar a que la mano invisible del mercado asigne, recursos, capitales y personas, estaremos yendo a un desarrollo caótico, mayor al que en este momento ya se nota en el Cusco. Por ello, se requiere de un liderazgo y una visión de largo plazo, para promover el desarrollo humano de todos los cusqueños y no sólo de los afortunados que estarán alrededor del sector turismo. Cómo hacen falta líderes como Daniel Estrada, para encabezar tamaña empresa.

Lima, febrero del 2017

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