Es muy probable que hayamos escuchado lo saludable que es poner límites y, además, comunicarlos de manera adecuada, para que estos no sean mal entendidos y tomados como antojadizas restricciones.
Los límites permiten crear y fortalecer la autonomía, autocuidado y valor personal, nos ayuda a socializar de manera saludable, nos permite ser espontáneos, refuerza la creatividad; es decir, nos trae bienestar personal.
Por el contario, cuando no establecemos límites saludables los demás nos ven de la manera en que ellos nos quieren ver, no como somos realmente. Es totalmente agotador, desgasta tremendamente vivir para complacer a los demás, sin complacernos nosotros. Cuando esto ocurre, nuestra estima personal se daña, empezamos a no tener seguridad de quienes somos, dañando nuestra integridad y, lógicamente, nuestras prioridades desaparecen. Si el otro nos pierde el respeto, nosotros también nos lo perdemos.
Establecer límites es lo más certero que tenemos para protegernos.
Poniéndolos no hace que los demás no nos quieran, el respetarnos hace que los demás nos respeten.
¡Que siempre busquemos estar bien!
Si necesitas ayuda, estamos para escucharte, para servirte.
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