Por Diego García Sayán
Pudo ser cualquier otro proyecto de inversión en la gran minería porque muchos de los problemas presentados en Conga no son nuevos. Y no estoy pensando en la peor parte de la historia nacional como, por ejemplo, los criminales humos de La Oroya, pues mucho ha cambiado. Varias corporaciones transnacionales tratan de hacer “buena letra” incluyendo la “licencia social” como explícito requisito para la inversión. Por su lado, la “demanda democrática” de la gente es un dato vivo y presente que clama, legítimamente, por ser consultada y participar en los beneficios de la inversión.