Todos los años unos 18 millones de personas, en su mayoría niños, mueren de inanición, desnutrición y causas conexas. Se estima que dos mil millones de personas sufren de desnutrición y deficiencias nutricionales; unos 840 millones de ellas están crónicamente desnutridas . En África subsahariana nada menos que 70% de las mujeres están anémicas.
Aproximadamente 200 millones de niños menores de cinco años —40% de todos los niños de esta edad en el mundo en desarrollo— carecen de nutrición suficiente para llevar una vida plenamente activa . Un indicador de la desnutrición crónica entre los niños es el porcentaje de éstos con retraso del crecimiento —o sea, de corta talla para su edad en comparación con los patrones internacionales establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS). El retraso del crecimiento entre los niños de 3 meses a 3 años de edad varía ampliamente de un país a otro, pero al menos un niño de cada tres presentaba retraso del crecimiento en más de 40% de los países encuestados por las Encuestas Demográficas y de Salud entre 1987 y 1996.
Las recientes proyecciones del Instituto Internacional de Investigaciones sobre Política Alimentaria (IFPRI) indican que no es probable que el hambre y la malnutrición infantil se reduzcan mucho en los próximos decenios. Según el IFPRI, 150 millones de niños menores de seis años estarán aún malnutridos en 2020, apenas 20% menos que en 1993. Se prevé que en África el número de niños malnutridos aumentará en un 45% entre 1993 y 2020, elevándose a 40 millones.