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Nuevamente llega esa temporada del año, conocida mundialmente como Halloween o Noche de brujas, día en que la mayoría de personas se entregaba a los festejos y celebraciones paganas. O bueno eso era hasta hace dos años, cuando podíamos salir y disfrutar de esta hermosa festividad. Este año 2021 el Covid-19 se ha robado el protagonismo de casi todas las festividades. Había fiestas, los pequeños salían a pedir golosinas, se disfrazaban de sus personajes favoritos y celebraban esta fiesta olvidando el principal componente de la misma: El Miedo. Sigue leyendo
La semana pasada describía lo que yo consideraba era el plan que tiene la DBA (derecha bruta y achorada) para los próximos 5 años: caos social, desestabilización económica e ingobernabilidad política. La DBA política, junto con sus aliados en las empresas y medios de comunicación siguen con ese plan: no hay cobertura periodística de los pocos logros de este gobierno (tener a más del 50% de población objetivo vacunada es algo a destacar); ahora que el dólar está bajando o se mantiene estable, ningún diario de la derecha saca titulares al respecto y desde el Congreso, con la reciente ley de interpretación de la cuestión de confianza, está supeditando el poder ejecutivo a los antojos del legislativo. ¿Mayores evidencias del plan de la derecha? Por ahora solo eso. 
Por más que uno no quisiera, muchas veces la coyuntura obliga. Uno no quisiera describirlos de manera peyorativa, como ya se ha popularizado; sin embargo, hacen méritos más que suficientes para que los traten así, y para colmo, no les gusta, se enojan. Me refiero a la famosa derecha bruta y achorada (DBA). 
“Poderosas fuerzas económicas, nacionales y extranjeras, en complicidad con peruanos indignos, detentan el poder político y económico, inspiradas en lucrarse desenfrenadamente, frustrando el anhelo popular en orden a la realización de las básicas reformas estructurales, para continuar manteniendo el injusto orden social y económico existente que permite que el usufructo de las riquezas nacionales esté al alcance de sólo los privilegiados, en tanto que las mayorías sufren las consecuencias de su marginación, lesiva a la dignidad de la persona humana”. Al leer este fragmento probablemente el lector piense que lo hemos extraído del discurso de algún candidato de las últimas elecciones presidenciales, o en el peor caso, de alguna autoridad recientemente elegida. Sin embargo, este fragmento corresponde al discurso que diera Juan Velasco Alvarado al dar el golpe de Estado del 03 de octubre de 1968. 
El 03 de octubre de 1968 se produjo el golpe de Estado del general Juan Velasco Alvarado que dio inicio al Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada (GRFA) y que intentó, hasta cierto punto sin éxito, poner fin al viejo Estado oligárquico que había manejado el poder (económico, político e ideológico) a favor de un grupo reducido de personas, relegando a un segundo plano a las grandes mayorías; es decir, a la población indígena. Luego del 03 de octubre de 1968, se instauró un nuevo tipo de Estado en el Perú, el Estado Intervencionista o Corporativo, centrado más en esas mayorías excluidas.