La igualdad, en teoría

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La visión relacional de las estructuras sociales destaca la existencia de parámetros que señalan ciertos criterios de diferenciación entre las unidades que integran las estructuras sociales. Los parámetros nominales establecen grupos cuyas relaciones no son jerárquicas; pero los parámetros graduados si marcan un rango ordenado de posiciones. En teoría los primeros solo generan heterogeneidad social (simples diferencias), los segundos marcan lo que los sociólogos estudiamos: desigualdades sociales.

Por ejemplo, en teoría las diferencias entre varones y mujeres son simplemente eso, diferencias sin ninguna repercusión de carácter social, económica o política. En ese sentido el hecho de ser varón o mujer no debería significar ningún impedimento para acceder a los recursos socialmente valorados (RSV): dinero, poder, educación o salud, por citar algunos de ellos. La salud es un recurso socialmente valorado y en nuestro país el acceso a ella también está marcado por las diferencias sexuales. Hace unas semanas el debate sobre la distribución gratuita del anticonceptivo oral de emergencia (AOE), popularmente conocido como la “píldora del día siguiente”, vuelve a estar en manos del Tribunal Constitucional (TC), que hace doce años ya prohibió su distribución por parte de la sanidad pública. Dicho anticonceptivo dejó de repartirse gratuitamente, so pretexto de ser abortivo. Investigaciones (no opiniones ni pareceres) realizadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) determinaron fehacientemente que dichas píldoras no son abortivas. Sin embargo, las mujeres peruanas, no tienen la capacidad de decidir sobre su cuerpo ni sobre su salud. Seguramente si los varones quedáramos embarazados, este no sería un tema de debate, sino un derecho adquirido por la simple razón de ser varones.

Si al hecho de ser mujer le sumamos pobreza e ignorancia, tenemos un gran problema social; ya que mientras que una mujer con recursos económicos puede comprarse dicha píldora en cualquier farmacia y sabrá para qué y cómo usarla; una mujer pobre no podrá adquirir dicho medicamento y se le negará el mayor derecho que todo ser humano tiene: libertad, libertad de decisión informada sobre su propio cuerpo, y estará condenando a una futura generación a las mismas condiciones de miseria, desigualdad y exclusión social.

Publicado el 06 de marzo del 2021, en Diario Viral.

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