¡QUÉ DICE LA CIENCIA!: ¿La gente puede nacer gay?

Estimados blogueros:

En el Diario El País se ha armado un interesante debate entre Richard Cohen y Pere Estupinya sobre si el estado de la investigación científica en torno a la tesis de que la situación homosexual puede o no estar presente desde el nacimiento.
Richard Cohen (cuya posición se reproduce al final de este post) señala que ?La ciencia dice que la gente no nace gay?. Pere Estupinya, en respuesta, ha dado razones suficentes para afiremar lo contrario, sobre la base de ciertas pruebas científicas (su posición se reproduce a continuación).


Por: Pere Estupinya (SI)

La ciencia no dice lo que quieres escuchar. La ciencia plantea hipótesis, hace estudios para ponerlas a prueba, e intenta sacar conclusiones objetivas.
Claro que entre investigadores existen ideas preconcebidas y pueden manipular datos o diseños experimentales para defender una visión u otra. Seríamos ilusos si no lo reconociéramos. Pero entonces cuando envían su artículo a una revista de alto impacto y el editor lo distribuye entre expertos para que lo valoren de forma anónima, responderán que el estudio no es riguroso y no lo publicarán. Y aunque logre pasar este primer filtro, si con el tiempo otros grupos de investigación no logran reproducir tus resultados, tu hipótesis quedará descartada por mucho que te empeñes en defenderla. En ciencia siempre es otro quien demuestra si tienes razón o no.
Hace unos días El País publicó el artículo “La ciencia dice que la gente no nace gay” con la entrevista al terapeuta que dice poder cambiar la orientación sexual de gays y sanar su homosexualidad. No sé si el títular resulta ofensivo para la comunidad homosexual, pero sí para la científica. El País no debería haber transmitido este mensaje. Es falso.
Richard Cohen defiende que no hay nada biológico en la homosexualidad porque es lo que le permite armar su teoría: si la homosexualidad es sólo fruto de experiencias después del nacimiento, entonces su psicoterapia podría revertir dichas experiencias y cómo él dice en su libro, “sanar la homosexualidad”. Si por el contrario, dentro de todo este espectro de grises que que es la sexualidad humana, alguien es gay porque nace gay, intentar cambiar su orientación para devolverlo a una supuesta normalidad sería algo aberrante. Deberían ser los prejuicios sociales quienes cambiaran y no ellos.
¿Tiene la ciencia algo que aportar en este debate? Si le preguntas y de verdad te interesa su opinión, lo que te dirá es que Cohen no tiene razón. Hay muchas evidencias de que factores biológicos pueden jugar un papel decisivo en la definición de la orientación sexual. El más aceptado de ellos, los niveles de hormonas masculinas durante el embarazo.
Cualquier embrión empieza a desarrollarse sin un sexo definido. Pero si posee un cromosoma Y, en la semana 6 de gestación empezarán a desarrollarse los testículos. Y en la 8 comenzarán a segregar testosterona alcanzando su nivel máximo entre la semana 12 y 14. Justo cuando además del cuerpo también se está desarrollando el cerebro. La testosterona y otros andrógenos es lo que masculinizará el feto. Si no hay liberación de testosterona, el cuerpo y cerebro del feto continuarán su desarrollo como mujer. Pues bien; los neuroendocrinólogos creen que si durante un embarazo masculino el pico de testosterona no es suficientemente alto, algunas partes del cerebro podrían quedar menos masculinizadas y condicionar hacia la homosexualidad. Y tienen evidencias de ello. Por una parte están los experimentos con animales. Si modificas los niveles de testosterona y otros andrógenos durante la gestación de ratas, podrás obtener tanto machos como hembras con preferencia por su mismo sexo. Obvio que no es extrapolable a la complejidad de la conducta humana, pero sí un indicio de que las hormonas juegan un papel clave en la diferenciación sexual durante el embarazo. Fíjate si no en un trastorno llamado Congenital Adrenal Hyperplasia, por el que los fetos femeninos son igualmente expuestos a altos niveles de andrógenos. De niñas las mujeres con CAH muestran comportamientos más masculinos, y de adultas algunas de ellas experimentan más atracción por personas de su mismo sexo.
Y existe una condición casi contraria; las mujeres con Androgen Insensitivity Syndrome (AIS), que son mujeres a pesar de tener cromosomas XY. La gestación empieza normal, y a la semana 6 los testículos empiezan a crecer y segregar testosterona. Pero debido a una mutación genética, las células de las personas con AIS no tienen receptores de andrógenos. Es decir; circulan altos niveles de testosterona en sangre pero sus células no la reconocen. A consecuencia de ello, en etapa fetal el crecimiento de testículos se detiene y muchas niñas nacen sin ser diagnosticadas. Llevan vida absolutamente normal como niñas, y es durante la infancia o pre-adolescencia cuando se detecta algo extraño. En la mayoría de casos de AIS se realiza una operación para quitar los testículos pequeños y todavía internos, y adecuar la vagina a relaciones sexuales futuras. El cerebro y cuerpo de mujeres con síndrome de insensibilidad a andróginos completo siempre ha sido femenino (a excepción de los testículos y cromosomas XY), y a pesar de la infertilidad, pueden llevar una vida absolutamente normal y feliz como mujeres.
Regresando a la homosexualidad, los científicos saben que los niveles de testosterona durante el embarazo influyen en el desarrollo de ciertas áreas cerebrales, como por ejemplo el hipotálamo implicado parcialmente en la atracción sexual. Estudios de resonancia magnética funcional han demostrado que algunas características del hipotálamo de hombres homosexuales es más parecido al de mujeres que al de hombres heterosexuales. Esto también es interpretado como una evidencia de condicionantes prenatales a la homosexualidad.
No se sabe muy bien qué podría provocar unos niveles más o menos altos de testosterona durante el embarazo. Pero la alta (aunque no completa) correlación entre gemelos gays hace pensar que podría haber algún componente genético. Parece descartado encontrar un gen asociado a la homosexualidad, pero hay hipótesis novedosas sugiriendo que regulaciones epigenéticas podrían jugar un papel importante. También se especula que la resistencia parcial a andrógenos desarrollada por las mujeres tras varios embarazos masculinos podría explicar el hecho contrastado de que el pequeño de varios hermanos hombres tenga más posibilidades de ser gay.
Los científicos serios no son amigos de afirmaciones contundentes, y pocos se atreverán a declarar taxativamente que muchos hombres sean gays debido a niveles prenatales de hormonas. Ni por descontado que esta sea causa o explicación de un fenómeno tan amplio y multifactorial como la homosexualidad. Pero al contrario de lo que afirma sin base alguna el terapeuta Richard Cohen, la ciencia sí dice que mucha gente nace gay.
Y no sólo eso. Sobre la publicitada terapia de Cohen para sanar homosexuales, en 2005 la Asociación Americana de Psicología estableció que no hay evidencias empíricas de que la orientación sexual pueda ser modificada con terapias de conversión. Alertó que estas prácticas pueden generar daños psicológicos incluso tendencias suicidas, y pidió a los expertos en salud mental no decir a sus clientes gays que podían volverse heterosexuales. La Asociación Americana de Psicología llegó a estas conclusiones tras revisar 83 estudios sobre cambios de orientación sexual realizados desde 1960. Sr Cohen, esto sí lo dice la ciencia.

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Por: Richard Cohen (NO)

Richard Cohen (Filadelfia, 1952), autor del libro ?Comprender y sanar la homosexualidad?, se define como un exgay que tiene la clave para corregir las tendencias homosexuales. Su libro, escrito originalmente en 2000, ha sido editado por Libros Libres en España. El martes, El Corte Inglés lo retiró de su librería, tras las protestas de varias agrupaciones homosexuales. Cohen define esa decisión como ?un atentado contra la libertad de expresión?. No es la primera vez que su libro genera polémica. En 2009 se empleó en Uganda para apoyar un proyecto de ley que castigaría las conductas homosexuales con pena de muerte. Cohen asegura que se malinterpretó su mensaje y que no odia a los gais. Aquí en Estados Unidos es el principal representante de lo que se llama “terapia de conversión”, que promete a los pacientes hacer desaparecer tendencias homosexuales. Cohen no es psiquiatra. Obtuvo un máster en terapia psicológica por la Universidad de Antioch. En este momento tampoco tiene licencia para ejercer como psicoterapeuta. Regenta una organización llamada International Healing Foundation, para la que trabajan otros terapeutas. Recibe a EL PAÍS en su casa en las afueras de Washington, en una consulta decorada con una pequeña bandera gay, muchos libros y una foto con su mujer y sus tres hijos.

Pregunta: ¿Cree que la homosexualidad se puede curar?
Respuesta: ¿Qué quiere decir con curar? No entiendo la palabra.

P: ¿Sanarla, entonces? Es la palabra que emplea en el libro.
R: En 2008, la Asociación Norteamericana de Psicología dijo que aunque ha habido muchas investigaciones sobre las posibles causas genéticas, biológicas u hormonales de la orientación sexual, no ha habido descubrimientos que les permitan a los científicos llegar a la conclusión de que la orientación sexual esté determinada por uno o varios factores particulares. La ciencia dice que la gente no nace gay.

P: Lo que usted hace, ¿es una terapia que revierte una supuesta fase gay?
R: Yo creo en el derecho del cliente a la autodeterminación y libre albedrío. Si alguien quiere vivir una vida gay, lo respeto. Y si alguien quiere explorar las posibilidades de cambiar de gay a heterosexual, también lo respeto.

P: Pero niega la posibilidad de que la homosexualidad sea biológica.
R: Si hay algo biológico en ella, mi experiencia dice que es que aquellos que experimentan sentimientos homosexuales son hombres y mujeres extremadamente sensibles. Viven una relación con sus padres, con sus compañeros y con su entorno, distinta a la de sus hermanos y a las de otra gente a su alrededor. Esa sensibilidad puede sentar las bases para los sentimientos homosexuales.

P: Por lo que usted ha escrito, cree que es el entorno familiar, escolar, de amistades, lo que determina la homosexualidad.
R: Efectivamente, es algo de suma importancia.

P: Y, ¿cómo hace usted que alguien evolucione de tendencias homosexuales a tendencias heterosexuales?
R: Durante los pasados 21 años, en los que trabajé como psicoterapeuta, desarrollé un protocolo para aquellos que quieran cambiar, no para los que estén contentos siendo gais. Yo mismo viví como gay, tuve una pareja gay durante tres años.

P: ¿Había algo dentro de usted que le decía que aquello no era correcto?
R: No. Lo que pasa es que desde pequeño, siempre tuve un sueño: estar casado con una mujer y tener una familia. No fue la presión de mis padres, de la sociedad o de la religión. Era yo mismo, que tenía el sueño de casarme con una mujer y tener niños.

P: ¿Fue fácil para usted dejar de ser gay?
R: No. Se me dijeron muchas mentiras. Que encontrara a la mujer adecuada que me volviera heterosexual. Me casé. Pero reprimía los deseos homosexuales. No los había resuelto. Hice mi terapia después de casarme. Fue un proceso complejo, duro. Muchos terapeutas me decían que yo había nacido gay, que no había nada que hacer. Que debía aceptarlo y vivir una vida gay.

P: ¿Nunca tuvo una aventura con un hombre después de casarse?
R: Tuve una relación con un hombre. Y se lo dije a mi mujer. No buscaba sexo, sólo un mentor masculino. Bajo mi deseo por los hombres había una herida. No recordaba que mi tío había abusado sexualmente de mí. Es algo que reprimí durante 25 años, hasta que hice mi terapia. Entonces encontré a un mentor masculino, heterosexual. Cuando experimenté el luto por ese abuso mis tendencias homosexuales desaparecieron.

P: Usted hace especial insistencia en la figura del abuso sexual como una razón para desarrollar sentimientos homosexuales. ¿Cree usted que es una razón común?
R: Es una de las 10 razones posibles que detallo en mi libro. Nunca es una cosa sola. Es una combinación de varios factores. Un 50% de mis clientes sufrió abuso sexual por parte de alguien de su mismo sexo.

P: ¿No cree que esto se puede interpretar como que usted caracteriza a los gais como abusadores sexuales?
R: Es lo opuesto. Si se da cuenta de las proporciones de la población, la mayoría de abusadores son heterosexuales.

P: ¿Por qué?
R: Porque en la sociedad no hay más de un 2 o 3% de homosexuales. Es una cuestión de proporcionalidad. En mi caso, fue un hombre heterosexual quien abusó de mí.

P: Hace usted una reflexión en su libro sobre por qué los homosexuales tienden a cultivar su cuerpo, cuidar su apariencia… algo muy asociado a los tópicos que hay sobre la cultura gay.
R: Es lo que se llama sobrecompensación, porque no sienten su propia masculinidad. He tratado a hombres culturistas, con físicos increíbles. No importa cuántos músculos desarrollen, aun se sienten inferiores interiormente.

P: Usted habla de un mito, reforzado por los medios, Hollywood, las novelas…
R: Es el mito de que se nace gay, que es una afirmación que científicamente no es válida. Pero tampoco se puede decir que ser gay sea una opción. Uno no se despierta un día y decide ser gay. Hay una serie de factores combinados que hacen que alguien se comporte como gay. Tratando a cientos de homosexuales he descubierto que hay una serie de contextos comunes en todos ellos. En las biografías de los famosos queda claro también: tuvieron experiencias similares. Rosie O?Donnell, Greg Luganis, Elton John, Ricky Martin, Ellen DeGeneres… todos tienen historias similares. Es algo clínico. Decir que alguien ha nacido así es contrario a la naturaleza.

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Acerca del autor

Luis Alberto Duran Rojo

Abogado por la PUCP. Profesor Asociado del Departamento de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). Director de ANALISIS TRIBUTARIO. Magister en Derecho con mención en Derecho Tributario por la PUCP. Candidato a Doctor en Derecho Tributario Europeo por la Universidad Castilla-La Mancha de España (UCLM). Con estudios de Maestria en Derecho Constitucional por la PUCP, de Postgrado en Derecho Tributario por la PUCP, UCLM y Universidad Austral de Argentina. Miembro de la Asociación Peruana de Derecho Constitucional, del Instituto Peruano de Investigación y Desarrollo Tributario (IPIDET) y la Asoción Fiscal Internacional (IFA).

1 Comentario

miguel

comparto en gran medida no todo, pero en gran medida con el comentarioa de richard cohen sobre todo cuando afirma que es contrario a la naturaleza, pues en verdad el hombre no nace gay,
mas bien es una eleccion del mismo uno decide hacerse homosexual debido a previos factores uqe tienen que ver con la degradacion que el permitio que ocurriera en su propia vida, todo fue decision propia pues la base de nuestros actos y aun de nuestros pensamientos tiene su raiz en el albedrio que no es otra cosa que , decidir entre lo correcto y lo incorrecto y los hombres tienen la suficiente capacidad para dicernir cuando estas ingresando a un terreno que es contrario a su naturaleza ya varon o mujer pues esa capacidad es un don que recibe de lo Alto.

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