PARA LORD BYRON, DE MARY SHELLEY

PARA LORD BYRON, DE MARY SHELLEY

George Gordon Byron

Un verano inusualmente lluvioso junto al lago Leman, cerca de Ginebra. Un grupo de jóvenes ingleses que han alquilado una casa allí se reúnen -en mi imaginación los veo alrededor de una chimenea, para ahuyentar la humedad, pero siendo británicos quizás no lo consideraron necesario- y la conversación deriva, cómo no, hacia las historias de fantasmas y monstruos. Hasta aquí, nada destacable. Podría ser el inicio del guión cualquier película boba en la que sabemos que pronto habrá sustos y muchos gritos. Pero el año es 1816 y el grupo está compuesto por el poeta Percy Shelley y la que más adelante sería su esposa, Mary Shelley (entonces aún Mary Godwin; ambos vivían “en pecado” y Mary ya había tenido dos hijos de esta unión, aunque el primero murió pronto), lord Byron y John William Polidori, médico y amigo de este último. A pesar de las apariencias, no fue una velada más, sino un momento relevante para la historia de la literatura, la famosa “noche de los monstruos”. Los presentes acordaron escribir cada uno una historia relacionada con seres fantásticos. De todos ellos, la que mejor cumplió el encargo fue Mary Shelley y el resultado fue una obra que es un clásico indiscutible, Frankenstein. Un resultado que es más sorprendente aún si consideramos que Mary sólo tenía diecinueve años cuando la escribió (y diecisiete cuando comenzó sus relaciones adúlteras con Percy Bysshe Shelley, quien a su vez tenía sólo veintidós años y estaba casado). Definitivamente, la trágica historia de esta pareja supera con mucho cualquier folletín romántico, baste decir que comenzaron su romance viéndose en secreto junto a la tumba de la madre de ella, Mary Wollstonecraft. Pero por hoy nos centraremos en lo que nos ocupa, es decir, la soprendente aparición de un ejemplar de la primera edición de Frankenstein dedicado por la propia autora a Byron. Un verdadero hallazgo bibliófilo que, según dicen, será subastado próximamente (si a alguien le sobran 350.000 libras de nada, puede comenzar a pujar).

Al parecer, el ejemplar estuvo durante más de cincuenta años en la biblioteca de Lord Jay, y fue descubierto casualmente cuando su nieto seleccionaba sus papeles. La primera edición del libro, publicado en 1818 -a la que pertenece esta edición- fue sólo de 500 ejemplares y de estos el editor le dio a Mary seis para su uso personal. Se cree que uno de ellos es el que nos ocupa, que la autora dedicó a Byron de su propia mano y que fue enviado al autor por Percy junto con una nota que decía: “Una vieja amiga vuestra me encarga que os envíe ‘Frankenstein’… Ha tenido un considerable éxito en Inglaterra; pero ella me ruega que os diga que ‘consideraría vuestra aprobación el testimonio más halagador de su mérito'”.  La pobre Mary pasó toda su vida enamorada de Shelley, quien parece que no siempre le correspondió del  mismo modo. A la muerte de éste, trágicamente ahogado a los treinta años, dedicaría todos sus esfuerzos a recopilar y publicar su obra. Y a escribir para ganarse, modestamente, la vida. Acosada por la penuria económica, en 1830 vendió el copyright deFrankenstein por 60 libras a los editores que publicarían una nueva edición (que contiene algunos cambios respecto a la primera). Nada que ver con las sumas que probablemente alcanzará ese ejemplar que hoy sale a la palestra. La vida es así de injusta y la fama así de esquiva.
Fuente: http://notasparalectorescuriosos.blogspot.com/2012/09/para-lord-byron-de-mary-shelley.html

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La cojera de Byron

LA COJERA DE BYRON
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Se llamaba George Gordon Byron porque una cláusula testamentaria exigía que el heredero de los Gordon llevara en primer lugar el apellido, lo que constituía, casi de hecho, la única herencia. Tampoco los Byron aportaron mucho más, aparte de blasones y de sellos heráldicos. Un par de títulos con tratamiento, un puñado de deudas y una pequeña renta que le permitió vestir siempre levita, además de una aristocrática imposiblidad para las erres. Así, decía “Byrn” cuando se presentaba, como si tuviera en la boca un trozo de pescado con espinas. Fue un joven apuesto, elegante, de rasgos varoniles y armoniosos, dueño de una noble y decimonónica belleza únicamente empañada por una ostensible y notoria, desgraciada cojera. Tenía un pie deforme, algo zambo, que al apoyarse en el suelo hallaba bajo el talón un abismo, una sima, un barranco de riscos escarpados por los que resbalaba en caída libre cada vez que daba un paso.
Se odió siempre por eso. Y arrastró de por vida no solamente el pie, sino el eco punzante, doloroso, de su primer amor. Una prima lejana, Mary-Anne, jugosa y deseable a quien oyó decir, desatinada, torpe, a una de sus doncellas: “¿No pensarás acaso que me puedo enamorar de un pobre cojo?

JESÚS MARCHAMALO / DAMIÁN FLORES, 44 escritores de la literatura universal, Siruela, Madrid, 2009, pág. 35

Fuente: http://neorrabioso.blogspot.com/2010/12/anecdotario-de-poetas-303-la-cojera-de.html

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El París frívolo que conoció Henri Beyle, alias Sthendal

El París frívolo que conoció Henri Beyle, alias Sthendal

ÁLVARO CORTINA | Madrid

Egotismo, según la Real Academia, es el deseo de hablar de uno mismo. No implica egoísmo, o sea, amor a uno mismo. Estos ‘Recuerdos de egotismo’ de Henri-Marie Beyle, alias Sthendal, planean retrospectivamente en torno al yo con amor propio, sí, pero también con la severidad del autoanálisis.

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Escribe Sthendal:

“No me conozco a mí mismo, y esto, cuando algunas noches pienso en ello, me deja desolado. ¿Soy bueno, malo, inteligente, tonto? ¿He sabido tomar partido de las circunstancias en que me ha puesto la omnipotencia de Napoleón?”.

Después de la caída de Napoleón (por quien Sthendal luchó y sufrió), y extintos ya sus tiempos dorados en Milán, con su amante Métilde Dembowski, el futuro novelista (que hizo fans, sobre todo, después de muerto) vive la Restauración borbónica (que él maldecía) y el desamor y el desamparo en París.

Los 10 años (entre 1821 y 1830) que él pasa allí son la materia que el autor egotista aplica para sondearse, para diseccionarse en 1831. Son pues memorias recientes, frescas.

Un París antipático parece tomar forma entre líneas. Avenidas luminosas y aburridas de una ciudad atildada y galante que juzgaba a la gente por su estilo epistolar. Óperas de Rossini y señoritas que morían de tisis, y linajes excelsos y duques atemorizados con que sus progenitores transmitan la herencia al confesor familiar. También apellidos excelsos, gente de genio. Cuenta:

“Pocos de esos grandes hombres a quienes tanto amé me adivinaron. Hasta creo que me encontraban más aburrido que a cualquier otro”.

Parece como si se mantuviera aún por París ese espíritu del Antiguo Régimen, de nobles abotargados por el tedio que coleccionan conquistas y dan cuenta de sus escarceos amatorios en comités privados al estilo de ‘Las amistades peligrosas’. Beyle dice a este respecto: “Me horrorizaba laconversación libertina francesa; la mezcla del ingenio con la emoción me crispa el alma”.

Sthendal nunca escribió una autobiografía como tal, pero sus estudiosos han encontrado un enjundioso festín documental y literario con sus obras autobiográficas.

Sus alter egos literarios

Su vida hasta 1800, retratada en ‘Vida de Henry Brulard’ y este escrito de sus años más avanzados, dan cuenta de muchas de sus claves, abiertas las esclusas de su yo. Muchos de sus propios rasgos plasmados después en sus héroes jovenzuelos, Fabrizio del Dongo (La cartuja de Parma) o Julien Sorel (Rojo y negro), pseudónimos de Henry Beyle soñado por sí mismo.

En ‘Recuerdos de egotismo’ se sugiere su conocido rencor hacia su padre (que le impidió estudiar música), su desconfianza patente hacia el clero, y su ciencia y experiencia en lo que a reveses afectivos se refiere. Sobre todo, su atracción hacia los mecanismos sociales, hacia las fuerzas ineluctables que marcan el tiempo y el compás de todo sarao, de toda conversación, el corazón de la rectitud.

Recuerda él las palabras de su tío Gagnon: “Tú eres feo, pero jamás te reprocharán tu fealdad, porque tienes expresión. Tus amantes te dejarán, y ten bien presente esto; nada más fácil que hacer el rídiculo en el momento en el que una mujer le deja a uno. Después de esto un hombre ya sólo sirve, a los ojos de otras mujeres, para echarlo a los perros del lugar. Antes de que pasen 24 horas de haberte dejado una mujer, declárate a otra,; aunque sea una criada, a falta de otra cosa”.

Sobre esta obra llena de digresión planea una gran melancolía, que se plasma en el doliente recuerdo de Métilde, aquella que le dejó en su amado Milán. Él despotrica contra su Grénoble natal, contra Londres y contra París, pero ama Italia, y en particular Milán, escenario interior de sus memorias más queridas, subtexto de sus andanzas confundidas de París.

Fuente: http://www.elmundo.es/elmundo/2009/01/12/cultura/1231781906.html

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Síndrome de Stendhal, cuando el placer por el arte ataca tu salud

Síndrome de Stendhal, cuando el placer por el arte ataca tu salud

 

El síndrome de Stendhal, denominado también como síndrome de Florencia, es considerado como un trastorno psicosomático que afecta especialmente a personas altamente sensibles. Se produce cuando en un breve periodo de tiempo, admiramos  de manera continuada un gran número de obras de arte, experimentando una especie de sobredosis de belleza artística. El origen de esta patología, reside en  el sujeto que observa el arte, y no en el objeto en sí. La admiración de obras artísticas, tiene multitud de interpretaciones y valoraciones subjetivas que dependen de la cultura de cada persona.

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Grupos de neurólogos explican, como un placer mental excesivo visualizando  obras maravillosas, puede acabar convirtiéndose en  un gran malestar. Los síntomas que se experimentan, suelen ser físico/psíquicos: sudoración, palpitaciones, mareos, visión borrosa. Sensaciones de stress y similares a un ataque de ansiedad, con alucinaciones y  sentimientos de euforia  y  depresión según el caso. El primero en escribir sobre esta patología, fue el escritor francés Stendhal, que describió su experiencia personal durante una visita a Florencia. Sin embargo, en la década de los 70, la psiquiatra Graziela Magherini, tras estudiar multitud de casos en turistas que visitaban Florencia, lo definió definitivamente como un síndrome.

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Se suele desarrollar en ciudades emblemáticas desde el punto de vista artístico. Florencia, Roma, o Venecia, son los ejemplos más conocidos. La controversia ofrecida por algunos psicólogos, describe como único motivo responsable de este síndrome,  la sugestión que acompaña a  muchos turistas que ya son conocedores de dicha patología.  El síndrome de Stendhal, se ha convertido en un referente  romántico, y puede  producirse  en cualquier lugar, donde la concentración de belleza, (pintura, música, poesía etc. )resulta imposible de soportar. jrgcastro y J. Salmoral

 Fuente: http://lamenteesmaravillosa.com/sindrome-de-stendhal

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Balzac y las mujeres

Balzac y las mujeres

Al nacer Honorato de Balzac, en el año de 1799, Laure Sallambier, su madre, lo dejo al cuidado de una niñera los cuatro primeros años de su vida. Después fue enviado a un internado, en donde Laure, su madre, le hizo solo dos visitas en seis años. Luego, con el tiempo, Balzac diría que el jamás tuvo madre.

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<p style=Honorato invento su propio universo, leyendo con avidez en las salas de la biblioteca de su escuela, y Napoleón se convirtió en su héroe y su ídolo. En una estatuilla del corso escribiría mas tarde que lo que Napoleón no pudo alcanzar con su espada el lo conseguiría con la pluma, y decidió convertirse en el más grande escritor de todos los tiempos.

Su madre no compartía la seguridad de su hijo en cuanto dedicarse a las letras y lo destinó a estudiar leyesBalzac mas se aparto de su madre y solo confiaba en su hermana Laure, y desde ese momento concibió una idea despiadada de la vida en familia, que fue, a la postre, el tema que mas gustó en sus novelas. Durante los años que trabajó entre abogados adquirió una especial facilidad para hacer descripciones de los profesionales y los secretos de aquella profesión. Ese futuro lo aborrecía, hasta que un día, durante 1819, Balzac se fue del bufete para nunca más volver. Su madre, al no poder convencerlo de su intención de ser escritor, y deseosa de verlo como un triunfador, optó por sostenerlo en su actividad por dos años.

Durante esos años estaban de moda las novelas históricas, y Balzac escogió como personaje principal a Cromwell, e hizo una tragedia en cinco actos. Un profesor delColegio de Francia, que leyera los originales, dio su opinión diciendo que se tenia que alentar al joven Balzac para que emprendiera cualquier actividad, excepto la de escritor. Pero Honorato no sufrió por este revés, se dedico a escribir novelas y comenzó a ganar algo de dinero, con folletines turbios que publicó en series bajo diversos nombres.

Al mismo tiempo empezó a buscar a su mujer ideal para que durara toda la vida. Balzac era bajito, de piernas cortas, su cabeza era desproporcionadamente grande y era poseedor de una gruesa melena negra, además de faltarle varios dientes. Es decir, que su figura no era para nada atractiva, sin embargo siempre era muy agradable a las mujeres por su excelente humor y elocuencia. Sus ojos azulinos enmarcados en una aureola dorada, mas su interés por los problemas que le ocurrían a las mujeres, terminaban por convertirlo en encantador para todas ellas. De esa forma logró vencer la resistencia de Laure de Berny, dama de la aristocracia y 22 años mayor que el. Hasta el día de la muerte de esta señora, Balzac fue su protegido predilecto.

La mujer de Treinta Años lanza a la mujer liberada que paga la infidelidad de su marido de la misma forma

Poco tiempo después sus redes capturaron a otra Laure, y casi de la misma edad que la otra. Y de esa manera, reuniendo todas esas experiencias, logro transformarlas en muchísimo dinero. Su primera Después publicó la aplaudida serie Escenas de la Vida Privada, en donde defiende la fidelidad entre los esposos, pero en La mujer de Treinta Años lanza a la mujer liberada que paga la infidelidad de su marido de la misma forma. Balzac fue el primer escritor que trató a la mujer y su problemática con sicología.

Gastaba dinero en enormes proporciones y siempre se mantenía endeudado. Les pedía dinero a todos los conocidos de manera compulsiva, y a las recepciones solía ir vestido con una levita verde con botones dorados, pantalones de color amarillo y en la mano un bastón con incrustaciones de turquesas. Mientras que en la otra mano llevaba unos impertinentes y entraba hablando maravillas de su última novela. Era un magnifico modelo para los dibujantes y caricaturistas de la época, pero a él poco le importaba que lo ridiculizaran, se sentía con meritos de sobra para ser el gran novelista.

Se mudaba con frecuencia para eludir a los cobradores y muchas veces arrendaba bajo nombres ficticios. En esos lugares cerraba las ventanas y escribía cubierto con un hábito blanco y un cinturón de cadena de oro. Bebía innumerables tazas de café y trabajaba desde la medianoche hasta las ocho de la mañana. En el transcurso de los años 1830 al 1831,Balzac escribió 70 obras. Cuentos, novelas cortas, artículos y ensayos de crítica. Su primera obra larga fue La Piel de Zapa. Libro absorbente que trata de la soledad y desnuda las intrigas y la corrupción que hay en sus niveles. Sus más bellas novelas fueron inspiradas por Evelina Hanska, esposa de un noble ruso-polaco.

En 1840 se trasladó por última vez de casa. Su candidatura presentada para ser parte de laAcademia Francesa solo tuvo cuatro votos a su favor, aunque Balzac hacia más en ese tiempo para hacer grande las letras de Francia que todos los académicos juntos. Inició una gran campaña para poner fin a la piratería literaria, ( sus propios Honorato invento su propio universo, leyendo con avidez en las salas de la biblioteca de su escuela, y Napoleón se convirtió en su héroe y su ídolo

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Tal vez su mas grande aporte fue La Comedia Humana, obra en 80 tomos y con mas de 2000 personajes. Balzac murió el 18 de agosto de 1850 y fue enterrado en el cementerio de Père-Lachaise.

Fuente: http://pe.globedia.com/balzac-y-las-mujeres

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