TRES DEFINICIONES DE LO REAL EN PSICOANÁLISIS

TRES DEFINICIONES DE LO REAL EN PSICOANÁLISIS

Por: Gabriel Lombardi

¿Qué hay de real en la experiencia psicoanalítica? Pregunta urticante, ya que el método freudiano, en cuyo marco se produce esa experiencia, no sólo fomenta la proliferación de las palabras, sino que busca desconectarlas de sus referencias habituales, a las que Lacan señala como referencias imaginarias. Los objetos a que refieren las palabras en el discurso común, la significación de las palabras, son descartados en el análisis como imaginarios.

El significante, en cuanto a la significación, deja con las ganas; es significante, empuja hacia una significación – pulsiona hacia ella – pero no nos la entrega. De allí que el corte forme parte del acto del analista: el corte analítico consiste en no admitir que la significación que el significante no entrega, venga a ser rellanada con otros significantes u otras significaciones que se proponen en sustitución de la significación que falta.

Por esa vía, el análisis aísla el significante, lo empuja hacia lo real, lo fuerza a mostrar que el efecto inconsciente que ejerce sobre el sujeto es anterior y es exterior al campo de la significación. Dicho de otro modo, que el significante, en lo real, no opera porque tenga sentido, sino precisamente porque no lo tiene. El sentido que añade al significante la interacción con otros significantes, camufla lo esencial: que él opera en el más completo sin-sentido. Lo cual no sería un problema si no fuera porque es precisamente un significante, un elemento cuya función sería la de significar. El significante no cumple con la función que anuncia. He allí la paradoja inicial y definitiva en que se presenta el lenguaje al sujeto.

Psicoanalizarse lleva a constatar que el significante, aún si no es bueno para darse a entender, es bueno para expresar el síntoma, ya que el síntoma responde a la estructura misma del lenguaje, que impide la significación, traba el buen funcionamiento de la cosa que él mismo propone, el significante. Es por eso que Lacan sostuvo que el síntoma es lo único que conserva un sentido en lo real. Porque es el punto con que el sujeto verdaderamente se da a entender con el lenguaje. Lo cual no quiere decir que logre que lo escuchen y entiendan otros, sino que logra expresar esto: que no se entiende, que no se escucha su goce del significante que está en lo real, y que está allí porque no cumple con su función.

Así entendido, el síntoma se convierte en nuestra referencia clínica fundamental, a partir de él podemos situar la orientación particular que cada sujeto encontró para su larga historia de vida, de vida escandida, incitada, interferida por el lenguaje. ¿Qué orientación es la del síntoma? La orientación de lo real, la orientación del significante excluido a la vez del campo de la significación y del sentido. Esta es la última definición de lo real que da Lacan: es lo que no tiene sentido y, sin embargo, encuentra en el síntoma un representante en el campo del sentido. El síntoma es lo que viene de lo real.

No era frecuente que Lacan hiciera la historia de las diferentes formas en que encaró una cuestión. A diferencia de sus hermeneutas, no creía en el progreso, ni siquiera en el progreso de su enseñanza. Había encontrado sus intuiciones fundamentales ya en 1953, cuando en su primera conferencia en Roma, Función y campo de la palabra y del lenguaje introdujo la terna simbólico-imaginario-real. Por eso en su tercera conferencia en la Ciudad eterna, que llama La tercera, sabe que vuelve, que vuelve sobre sus pasos. “La tercera es siempre la primera”: así comienza esa conferencia. Lo cual no quita su relevancia al hecho de que al volver, lo repetido, difiera. Es el principio del acto, es decir, de una verdadera repetición: añadir, retroactivamente, sobre la primera ocurrencia, una diferencia, modificarla retroactivamente, aprovechar esa dimensión de Otra cosa de la que el significante, al permanecer en lo real, nos deja con las ganas.

En esa oportunidad, Lacan reseña tres definiciones de lo real que ha dado a lo largo de los años. Ninguna de las tres es descartada, ninguna de las tres es mejor. Las tres son buenas e incompletas. Hemos comenzado por la tercera, el síntoma que viene de lo real.

En la primera, Lacan dice que lo real es lo que retorna siempre al mismo lugar. Tiene la ventaja de permitir distinguir lo real de la realidad, ya que ésta se basa en un principio formulado por Freud en su texto La negación, donde explica: “el fin primero y más inmediato del examen de realidad no es hallar en la percepción real un objeto que corresponda a lo representado, sino reencontrarlo, convencerse de que todavía está allí”. A lo que Lacan, en su seminario sobre Las psicosis comenta: el sujeto debe reencontrar su objeto, y no lo reencuentra jamás, es precisamente en eso que consiste el principio de realidad.

Esta definición de lo real implica una connotación expulsiva, lo que retorna no lo hace a la realidad, sino que vuelve adonde el sujeto no percibe lo que, sin embargo, le concierne: no ve eso que lo mira, no escucha el objeto que lo invoca. Lo real que le concierne, lo real alterado por el significante, es inconsciente. Por eso si el objeto a tiene algo de real, es en tanto está afuera de la realidad, como su marco, incluso como su sostén. “El campo de la realidad no se sostiene sino por la extracción del objeto a que no obstante le da su marco”, escribió en nota a su Cuestión preliminar…, donde explica el esquema R.

La segunda definición de lo real, según la reseña del propio Lacan, es la que intenta aprehenderlo mediante lo imposible como modalidad lógica. Comentando el caso Juanito, Lacan habló de la solución analítica de la cuestión que conlleva el síntoma neurótico como “la solución de lo imposible”. Tal solución es aportada al hombre, escribe, “por el agotamiento de todas las formas posibles de imposibilidades encontradas en la puesta en ecuación significante de la solución” (La instancia de la letra).

Insisto, vuelvo, no debe creerse que estas definiciones se desmienten entre ellas. La solución de lo imposible no se aparta de la que dice que el síntoma es lo que retorna de lo real. El campo de la realidad, que es el del fantasma, es el campo donde “todo es posible”, porque no sucede. Por eso la raíz real del síntoma, que se depura en el análisis a partir de sus máscaras variadas, el síntoma de lo real, suele despertar en el sujeto esta locución interjectiva: ¡esto no es posible! Efectivamente, no lo es. Eso no le impide existir. Por lo mismo, el análisis no es el retorno a un estado anterior, no es la apocatástasis que sueñan las psicoterapias. Apunta a consumar una verdadera repetición, en la certeza de que lo mismo, repetido, difiere.

Buenos Aires, 10 de septiembre de 2000.

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Psicoanálisis Lacaniano

Psicoanálisis Lacaniano

Jacques Marie Emile Lacan nace el 13 de abril de 1901 en el seno de una familia parisina de clase media alta. En su adolescencia se entusiasmó con la filosofía, especialmente con los escritos de Spinoza. Su pasión por la filosofía se apreciará, más tarde, en su obra.

En 1920 comienza la carrera de medicina, obteniendo, años más tarde, su especialización en psiquiatría, interesándose particularmente en la psicosis paranoica.

Lacan se conectó con grandes pensadores de su época como Ferdinand de Saussure, Claude Levi-Strauss y Roman Jakobson; además de relacionarse con importantes figuras del arte como Salvador Dalí, Paul Eluard, Luis Buñuel y otros.

Precisamente Dalí, en su revista “Minotauro”, hace mención a la tesis doctoral de Lacan, titulada “De la Psicosis Paranoica en sus relaciones con la personalidad”.

Lacan encontró un elemento común en diversas manifestaciones de locura. Este punto en común tenía que ver con la imposición de algo procedente desde fuera del sujeto.

La figura de Lacan comienza a hacerse célebre a partir de su análisis del caso Aimeé, caso que tuvo importante repercusión en su época. Aimeé fue una mujer que intentó acuchillar, sin razón aparente, a una famosa actriz francesa de esa época llamada Huguette Duflos.

Lacan intentó rastrear las motivaciones que se escondían detrás de ese acto aparentemente insensato; y acierta que Aimeé llevaba una vida normal, trabajando y cuidando de su pequeño hijo pero, al mismo tiempo, veía en la famosa actriz una especie de ideal referente a una aspiración oculta relacionada con la fama y el prestigio.
Esta imagen ideal constituía a la vez una aspiración y un peligro, pues atentaba contra su vida normal de esposa y madre.
Lacan sostuvo que, al atacar a la Duflos, Aimeé se estaba atacando a sí misma. Lacan se interesó profundamente en la enmarañada relación que se daba entre esta imagen ideal y la identidad, y especialmente, en la manera en que la identidad puede extenderse fuera del cuerpo. La identidad de Aimeé, o al menos una parte, residía fuera de ella, en una imagen ideal representada por la actriz famosa.

El Estadio del Espejo y lo Imaginario

En 1926, Lacan participa en la fundación de la Sociedad Psicoanalítica de París. Diez años después, expone su teoría del “Estadio del espejo” en el congreso de la Asociación Psicoanalítica Internacional llevado a cabo en Marienbad.

Sabido es que los seres humanos, en relación a otras especies, nacemos indefensos, incompletos, “no listos” biológicamente. Al nacer, el niño tiene un dominio apenas parcial de sus funciones motoras. ¿Cómo llega el niño a manejar su cuerpo?

Estadio del espejo es el nombre que Lacan da al fenómeno que se produce entre los 6 y los 18 meses de edad, cuando el “cachorro” humano reacciona con alborozo al contemplar su imagen en el espejo.

Hasta ese punto, el cuerpo no es percibido más que como una serie de sensaciones fragmentadas. Al ver su imagen en el espejo el niño adquiere la noción de completud de su cuerpo. La imagen que da curso a la adquisición de la noción de completud puede ser una imagen captada en un espejo o bien, la imagen de otro niño. La completud aparente abre la posibilidad de un nuevo dominio del cuerpo.

Ahora bien, por este nuevo dominio de las funciones motoras se paga un precio. Al identificarse con un “otro” no es entonces de extrañar que cuando el otro llore el niño llore también, y cuando el otro posea algún objeto, el niño también lo quiera. Lacan utiliza el término “lo imaginario” para referirse al registro en que tiene lugar esta identificación.

Resulta importante aclarar que esta completud aparente del cuerpo da lugar a la formación del Yo. El Yo se construye, entonces, a partir de una imagen externa, lo cual implica que la identidad nos es dada desde afuera. El yo se precipita a partir de una identificación imaginaria.

Lo simbólico

Lacan no tardará en entrar en conflicto con la tendencia conservadora de las autoridades de la Sociedad Psicoanalítica de París. Lacan desacredita a los psicoanalistas que se contentan con perpetuar una ortodoxia. Plantea que el psicoanálisis debe seguir profundizándose y para ello propone una relectura de la obra de Freud.

En su minuciosa relectura de la obra freudiana, Lacan encuentra firmes referencias a la importancia del lenguaje en la constitución del psiquismo.

Influenciado por su relación con importantes lingüistas de la época como Ferdinand de Saussure y Roman Jakobson, divisa que el inconciente opera con estructuras y reglas análogas a las del lenguaje. Lacan relaciona operaciones lingüísticas como la metáfora[1] y la metonimia[2] con los mecanismos señalados por Freud en el trabajo que realiza el inconciente en la producción de los sueños y los síntomas. Es entonces cuando postula una de sus tantas frases famosas: “el inconciente está estructurado como un lenguaje.”

Saussure había enseñado que el signo, noción básica del lenguaje, está conformado por dos elementos: significante y significado. Siendo el significante la referencia y el significado lo referido. El significante puede ser una imagen visual (un gesto) o una imagen acústica (una palabra) que supuestamente remite a un concepto (significado).

El signo es a la vez señal y ausencia. Si bien representa al significado, marca que el mismo está ausente.

Si, con el estadio del espejo, Lacan había subrayado la identificación imaginaria, a partir de la década del ’50 empieza a examinar el registro simbólico. El niño, capturado por una identificación imaginaria, asumirá también como factores identificatorios los significantes pronunciados por sus padres.

Pensemos en esta situación, hipotética pero perfectamente probable: la madre alza al niño frente al espejo y, al mismo tiempo que lo confronta con la imagen, le dice “Sos igual a tu papá” o “tenés los ojos de tu hermano”. Estos pronunciamientos simbólicos van ligando la imagen con un universo de representaciones lingüísticas.

La madre podrá decirle al niño: “qué malo que sos” o “sos un santo”. La identidad del niño terminará dependiendo de cómo asuma las palabras de sus padres.

La relación del sujeto humano con sí mismo continúa construyéndose desde afuera. El sujeto humano aprende quién es a partir de lo que otros le dicen. Lo imaginario será entonces estructurado por el lenguaje.

No se trata de que el niño decida concientemente parecerse a un familiar. Sencillamente incorporará las palabras que oye, generará su identidad en base a ellas, operando lo simbólico desde lo inconciente.

En un desarrollo normal, la identificación simbólica impide que el sujeto quede atrapado en el mundo imaginario.

Lo Real

En 1953, Lacan añade a sus formulaciones la categoría de lo Real. Lo Real es aquello que escapa a la significación, lo que está fuera del orden simbólico.

Lo Real en Lacan no tiene nada que ver con lo que en lenguaje corriente referimos con la palabra realidad. En todo caso, lo Real sería justamente aquello que está excluido de la realidad, lo que carece de sentido, la dimensión de lo que no encaja, de lo que no podemos situar.

Lo que normalmente llamamos realidad sería el resultado de una especie de entrecruzamiento entre lo simbólico y lo imaginario.

La obra de Lacan se fue desarrollando y complejizando a través de sus Escritos y Seminarios. Analizar sus grafos y matemas, sus desarrollos topológicos, sus conceptos de deseo, goce, falo, nombre-del-padre, objeto a, gran otro, sujeto barrado, la dialéctica del amo y del esclavo, el fantasma, etc. no corresponden -obviamente- a los fines de este modesto texto introductorio.

Lic. Alejandro Quiroga

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[1] La Metáfora implica sustituir un elemento por otro. Es el surgimiento en una determinada cadena de significantes, de un significante llegado desde otra cadena, que produce un efecto de sentido. Ej: “la primavera de la vida”, “el cielo llora”.

[2] La Metonimia implica designar una cosa con el nombre de otra, tomar la parte por el todo, el efecto por la causa, etc. Ej: “treinta velas” (en lugar de treinta navíos), “la lectura de Freud”, “se llevó los laureles”.

Fuente: http://psicopag.galeon.com/lacan.htm
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II COLOQUIO DE ESTUDIOS DE TEATRO, DRAMA Y PERFORMANCE

II COLOQUIO DE ESTUDIOS DE TEATRO, DRAMA Y PERFORMANCE
LUGAR: AUDITORIO JINNAI, CENTRO CULTURAL PERUANO JAPONES, LIMA,
1 al 4 de julio

MIERCOLES 01

6:00 PM Apertura.
Presentacion de la revista Virtual Memoria Teatral

6.15 pm POÉTICAS TEATRALES Y PERFORMATIVAS: REFLEXIONES DE CREADORES

El teatro en que creemos: Diez años de Espacio Libre
Diego La Hoz, Teatro Espacio libre, Lima

Las Puestas en Escena de AQUALUNA
Ricardo Morante, Aqualuna Grupo de Teatro, Lima www.aqualunateatro.com

AVENTURAS EN LOS ANDES MÁGICOS Una experiencia pedagógica de teatro en comunidad
Anabeli Pajuelo, Proyecto Puckllay, Lima

COFFEE BREAK

7.45 pm TEATRO Y PEDAGOGIA 1

“El teatro como componente para fortalecer el protagonismo organizado en la
infancia”
Percy Pinto Avila, Pucayacu Teatro, PENSAD, INFANT, Lima.

“Teatro y Pedagogía: Teatro para la Infancia y la Juventud en América Latina”
Arturo Valero, Lima

Teatro en la educación integral en las escuelas
Daniel Vera, Teatro Juego en las Tablas, Lima

JUEVES 02

6.00 pm CONVERSACION: Los 20 números de la revista Muestra. Participan Sara Joffré, Carlos Vargas,

6.30 pm TEATRO y PEDAGOGIA 2

Pedagogía Teatral en Educación Inicial
Luis Orna, Teatro Cajaylu, Cerro de Pasco

Teatro: arte integral y pedagógico para el encuentro con la identidad cultural y el desarrollo sensible de la Infancia y la Juventud en América Latina
Miriam Reátegui, Lima

El teatro como herramienta para mejorar el lenguaje
Nelly Pilares, University of Minnesota, Twin Cities, EEUU

COFFEE BREAK

8.00 DRAMATURGIA PERUANA

¿Nueva dramaturgia o nuevos dramaturgos? Escribir para el teatro a inicios de siglo
Carlos Vargas Salgado, University of Minnesota, Twin Cities

Cuarenta años de trabajo del grupo Audaces en Arequipa
Fredy Frisancho, Audaces Teatro, Universidad Alas Peruanas, Arequipa

Respira, o la reflexión desde la Izquierda Burguesa
Rubén Quiroz Ávila, Universidad Científica del Sur, Lima

VIERNES 03

6.00 PM ESTUDIOS TEÓRICOS Y PERFORMATIVOS

Performance, capital simbólico y memoria en el Arequipazo. Los sueños de ciudadanía de los nuevos arequipeños
Richard Leonardo, Universidad Nacional Federico Villarreal/Universidad de San Martín de Porres, Lima

DISEÑO ESCÉNICO Y ESPACIO TEATRAL… ¿una teoría aplicable?
Beto Romero, Teatro de la Resistencia/ENSAD, Lima

Algunos apuntes sobre historiografia andina del siglo XVI: Pensando la de-colonizacion del conocimiento a partir de archivos y repertorios creados por el sujeto andino.
Ivone Barriga, University of Minnesota, Twin Cities

COFFEE BREAK

7.30 PM TEATRO DEL PERU NO LIMEÑO/ TEATRO ANDINO

Experiencias de Teatro RURAL en la Reserva de
Salinas y Aguada Blanca con Títeres, Teatro de Máscaras y Comedia Andina
Walter Cáceres, Ednita Soncco, Grupo Voces entre Tablas, Arequipa

Yurimaguas y el Teatro
Luis Alberto Sánchez, Muchik Teatro, Trujillo

El teatro de las otras regiones y la influencia del MOTIN-Perú en su desarrollo
Mary Soto, Revista Textos de Teatro Peruano/Asociación de Crítica e Investigación Teatral, Lima

SABADO 4

4:00 PM TEATRO DE INTERVENCION SOCIAL, TEATRO Y POLITICA EN AMÉRICA LATINA

Relación entre lo político y lo estético en el teatro de Quito
Verónica Peñafiel Ayala, Universidad Simón Bolívar, Quito, Ecuador

Funa y Teatro: Arte al servicio de la comunidad
Iván Iparraguirre, Teatro Pasmi, Santiago de Chile

COFFEE BREAK

5.30 HISTORIOGRAFIAS DEL TEATRO PERUANO

De estandarte de opiniones a discurso residual: Una historia cultural del teatro en el Perú independiente
Javier Garvich, Revista Peruana de Literatura.

El Señor del Mar, del grupo Madero. Identidad y equilibrio en una propuesta
escénica.
Antonio Quispe, Infinito Por Ciento, Lima / Revista TiempoEscena.com

¿Por qué algunos grupos aún insisten en ser grupos?
Luis Paredes, Asociación de Crítica e Investigación Teatral, Lima
CLAUSURA
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