Archivo de la etiqueta: demonios

Los Demonios creen y tiemblan

LOS DEMONIOS CREEN Y TIEMBLAN

Encontrábase San Bernardo en Milán, encargado por el Papa Inocencio II de restablecer la tranquilidad en esta ciudad, desolada como el resto de la Italia por el cisma del antipapa Anacleto.

Al mismo tiempo que combatía las pasiones políticas, el santo abad encontró muchas veces ocasión de conseguir grandes victorias sobre los espíritus infernales.

Un día que se preparaba a celebrar la Santa Misa en la basílica de San Ambrosio, (la misma que había sido en otro tiempo testigo de la conversión de San Agustín), le trajeron una mujer grande de edad, de una familia honorable de Milán, que hacía muchos años estaba poseída del demonio. A cada instante su perseguidor la sofocaba; a fuerza de torturas le había hecho perder el oído, la vista y la palabra; rechinaba los dientes y sus facciones contraídas causaban espanto; los ojos fuera de sus órbitas y el aliento corrompido indicaban bastante la presencia del espíritu de tinieblas.  Cuando San Bernardo vió con atención a esta desgraciada, comprendió que el demonio estaba íntimamente unido y como incorporado a ella, y que no saldría fácilmente de una habitación que había ocupado tan largo tiempo.

Vuélvese entonces el hombre de Dios hacia el pueblo que llenaba la basílica; invita a los fieles a orar con fervor, y rodeado de  sacerdotes y religiosos que le acompañaban, baja del altar, ordena que hagan acercarse a la pobre mujer y la sostengan sólidamente; mas ella resistía, impulsada por una fuerza sobre humana y diabólica, se debatía con horribles convulsiones en medio de los que la guardaban, y aun golpeó con el pie al siervo de Dios: más Bernardo permaneció tranquilo sin inquietarse de la audacia del demonio; luego subió al altar y comenzó la celebración del Santo Sacrificio. Más todas las veces que hacía la señal de la cruz sobre las oblaciones se volvía hacia la poseída, y por la misma señal divina empeñaba la lucha con el espíritu del mal: inmediatamente Satanás manifestaba por un redoblamiento de furor y con horribles aullidos, cuán vivamente sostenía el aguijón de esta arma poderosa.

Acabada la oración dominical, San Bernardo se prepara a tocar de más cerca al enemigo; toma en la mano la patena en la cual ha depositado el Cuerpo Sagrado del Señor y la eleva sobre la cabeza de la desgraciada, diciendo: “He aquí tu juez, espíritu del mal, he aquí al Omnipotente; resiste ahora si puedes; combate si te atreves contra Aquel que estando a punto de morir por nuestra salvación, dijo: Ha llegado el tiempo en que el príncipe de este mundo será arrojado de su imperio. He aquí el cuerpo adorable que fue formado en el seno de una Virgen, clavado en el madero de la Cruz, depositado en el sepulcro; que por su Resurrección venció la muerte y que en fin subió triunfante al Cielo en presencia de sus discípulos. Por el poder de esta terrible Majestad te ordeno, espíritu infernal, que salgas del cuerpo de esta sierva de Dios y jamás vuelvas a entrar en él.”

san bernardo de claraval krouillong comunion en la mano exorcismos demonios

El demonio obligado a obedecer y soltar su presa, quiso por lo menos antes de confesarse vencido manifestar su furor y atormentar a su víctima con mayor violencia. El santo abad, seguro del éxito, vuelve a subir al altar, prosigue el sacrificio, hace la fracción de la Hostia y da la paz al diácono quien la comunica a toda la asamblea; en el mismo instante recobró la pobre mujer la tranquilidad y la salud; porque Satanás huyó dando gritos de rabia, y demostrando por su derrota la eficacia y el poder del Sacramento de nuestros altares.

No debe creerse que tales milagros son debidos, más bien a la santidad de los taumaturgos que a la virtud del Sacramento: el mismo San Bernardo reconocía lo contrario y dió testimonio público de ello en la iglesia de San Ciro en Pavía.

Presentáronle una energúmena poseída por un demonio furioso, que ya había resistido a la invocación de San Ciro y se burlaba de los exorcismos diciendo:––El pequeño Ciro no pudo arrojarme de aquí, mucho menos podrá Bernardo —Es verdad, respondió el santo abad; mas lo que no harán ni las reliquias ni Bernardo, Nuestro Señor Jesucristo tu Amo y el mío lo hora: ¡sal de su presencia! Y el demonio espantado al solo nombre de Jesucristo, huyó al instante.

“MILAGROS EUCARÍSTICOS”

Fuente: SAN MIGUEL ARCÁNGEL BLOGSPOT

san bernardo de claraval krouillong comunion en la mano demonios exorcismos

Googlea “krouillong” y encuéntranos en nuestras redes sociales: Facebook, Twitter, Google Plus, Slideshare, Youtube, Gloria.tv, Ivoox, Soundcloud, Pinterest y May Feelings.

Autoridad vaticana advierte que “Santa Muerte” es culto infernal

Imagen del
AUTORIDAD VATICANA ADVIERTE QUE “SANTA MUERTE” ES CULTO INFERNAL

El Presidente del Pontificio Consejo para la Cultura del Vaticano, Cardenal Gianfranco Ravasi, consideró que la Iglesia y la sociedad deben poner un freno a la difusión de la llamada “Santa Muerte” por tratarse de “un culto tenebroso, infernal y de negación”.

Los seguidores de la “Santa Muerte”, una secta difundida en México y otros países de América latina, rinden culto a una calavera adornada según el gusto personal de los seguidores. Narcotraficantes, delincuentes, ex convictos y secuestradores, suelen acercarse a esta controvertida imagen para encomendarle el éxito de sus delitos.

El pasado año integrantes de la secta asesinaron en Sonora (México), a dos niños de 6 y 7 años, y una mujer de 55. Ambos murieron degollados como ritual de sacrificio dedicado a la Santa Muerte.

En una entrevista concedida el 12 de abril a ACI Prensa, el Cardenal Ravasi advirtió que “también el crimen y la negatividad tienen capacidad de ‘ritualizarse’ y crear un modo de agregación como el de la religión”.

El Purpurado explicó que “la grandeza de la cultura y de las religiones verdaderas es justamente celebrar la vida, y esto es exactamente lo contrario”.

“Se trata de un fenómeno que necesita de todos para ponerle freno y eso incluye las familias, las iglesias, y la sociedad en toda su totalidad”, agregó.

Rendir culto a la Santa Muerte “es la celebración de la devastación y del rosario , y por tanto, en este sentido, si quieren vivir realmente como sienten instintivamente, porque en su carne está la vitalidad, deben abandonar de todas las maneras este culto tenebroso, infernal y de negación”, precisó.

El Cardenal Ravasi visitará en mayo Monterrey, Puebla y México DF, con motivo del encuentro de diálogo fe-cultura que organiza su dicasterio bajo la iniciativa del Atrio de los Gentiles. Será el primer Atrio de los Gentiles que se celebra fuera de Europa. En  esta ocasión, se invitará a creyentes y no creyentes a dialogar sobre “Transcendencia y Laicidad en México”. ROMA, 13

Fuente: Abr. 13 / 03:37 pm (ACI/EWTN Noticias)

santa muerte culto satanico krouillong comunion en la mano

El culto a la mal llamada santa muerte es satánico y una burla para nuestra fe.

Aprende a rezar el ROSARIO DE SAN MIGUEL ARCÁNGEL y libérate de los demonios que te atan con este culto satánico a la mal llamada santa muerte. El rosario no es un amuleto, es la oración la que te va a liberar.

Descarga el ROSARIO DE SAN MIGUEL ARCÁNGEL en PDF

Que Dios les conceda la Gracia de una sincera conversión y una buena confesión.

Karla Rouillon Gallangos

Googlea “krouillong” y encuéntranos en nuestras redes sociales: Facebook, Twitter, Google Plus, Slideshare, Youtube, Gloria.tv, Ivoox, Soundcloud, Pinterest y May Feelings.

El Demonio de la Acedia – Padre Horacio Bojorge (13 Videos)

EL DEMONIO DE LA ACEDIA – PADRE HORACIO BOJORGE

krouillong demonio acedia padre horacio bojorge catholic.net karla rouillon gallangos no recibas la eucaristia en la mano
La Acedia es una tristeza por el bien, por los bienes últimos, es tristeza por el bien de Dios.
Es una incapacidad de alegrarse con Dios y en Dios.
Nuestra cultura está impregnada de Acedia.

La civilización depresiva.

La acedia se encuentra instalada en forma de hábitos en las sociedades y en las culturas, de modo que se puede hablar de una verdadera civilización de la acedia y de esto trata este primer capítulo de esta serie.

Estamos en una civilización de la acedia, no se diagnostica este mal de manera explícitamente religiosa y nuestro diagnóstico es religioso. Normalmente se habla de la sociedad depresiva, hace pocos años publicó el Padre Tony Anatrella, un jesuita francés, psicólogo social y psicólogo consultor de la Santa Sede, un libro que se llama “La Sociedad Depresiva” en el que nos dice que “la depresión no es solo la enfermedad más extendida en nuestra civilización, sino que es su mal característico”. La nuestra es una sociedad que se caracteriza por ser depresiva, deprimida y de alguna manera deprimente.

Otro gran psicólogo muy reconocido, Viktor Frankl, decía hace muchos años que la depresión se debe a que el hombre necesita tener un sentido último, y cuando pierde ese sentido último empiezan los procesos psicológicos y neurológicos que lo sumergen en la depresión, en la tristeza.

En los siguientes capítulos veremos que la acedia es una tristeza, pero una tristeza por los bienes últimos, es tristeza por el bien de Dios, o la incapacidad de alegrarse con Dios y de alegrarse en Dios.

La sociedad depresiva ha avanzado muchísimo en procurarles a los hombres bienestar y progreso material, ha llevado a los pueblos a mejorar su nivel de vida, sin embargo eran pueblos que cuando no tenían tanto bienestar sabían celebrar la vida por que se alegraban en las cosas sencillas, y aunque tuvieran menos posibilidades de bienestar tenían sin embargo más alegría. Parece que esta sociedad depresiva, en la medida en la que aumenta el disfrute de las cosas, pierde la capacidad de disfrutar y alegrarse, y produce entonces un nuevo tipo de fiesta, que ya no es la fiesta de la celebración de la vida sino que es una fiesta de evasión de la cual vuelve a la vida diaria con una sensación de aburrimiento o abrumado, después de haber huido como que se recluye de nuevo en la cárcel de las cosas y no encuentra ya la alegría de los vínculos. Es una sociedad en que se está agrediendo a los vínculos y principalmente al principal que es el vínculo con Dios.

La revelación bíblica a unido, y Nuestro Señor Jesucristo une también, el amor a Dios como el primero de todos los vínculos, con el amor al prójimo, como dos amores necesariamente unidos por que el uno es la fuente de los otros; el amor a Dios es el vínculo fontal que permite que el hombre se vincule con los demás amorosamente.

Ya los filósofos griegos, Platón, Aristóteles, explorando las filosofías de la sociedad humana, explorando en que consistiría la felicidad, determinaron que la felicidad no está en las cosas, no está en el dinero, no está en el bienestar, no está en el placer, no está en la fama, no está en la gloria ni en el aplauso de las personas, sólo un bien de su misma naturaleza personal puede hacer feliz a una persona, por lo tanto concluye Aristóteles, la felicidad del hombre puede estar solamente en la amistad con los demás hombres, y la amistad es un amor recíproco, no basta que uno ame a los demás si no es amado por los otros, esa red de relaciones vinculares que conforman la felicidad de los ciudadanos supone la existencia de la virtud, por que si los ciudadanos no son virtuosos esa amistad se corrompe por egoísmo de uno o de los dos, y esa relación –lejos de convertirse en el origen de la felicidad– es la fuente de una explotación del egoísta al generoso, o un pacto de intereses entre dos egoístas, y esto no basta para hacer la felicidad ni de las personas ni de la sociedad.

Por eso concluye Aristóteles, que para el bien de la sociedad y de los ciudadanos, los individuos deben ser virtuosos, y hace por lo tanto todo un tratado de la virtud para decirnos que es necesaria esa virtud para amar al otro sin egoísmo.

Entre las virtudes, tanto Platón como Aristóteles, dan mucha importancia a las virtudes de la templanza en el uso de los bienes y de la fortaleza ante los males, y dicen que desde niños los ciudadanos deben ser educados en estas virtudes.

Ellos, sin embargo no podían saber por que la virtud del hombre se corrompe, ellos no tenían la sabiduría revelada por Dios acerca del pecado original y de la fuente de la corrupción del amor, del amor en su relación con Dios el creador, y del amor en la relación con los demás; la revelación cristiana viene a traer esta sabiduría, y nos da el secreto y la explicación, y hasta el nombre de esta raíz de la corrupción de las virtudes, eso es lo que llamamos acedia o tristeza por el bien, el ser humano es capaz de no alegrarse en el bien principal que son sus vinculaciones, (con Dios y con las personas), y por lo tanto puede valorar más las cosas que a las personas, esto lo notamos en esta sociedad en la que, a medida que aumentan los adelantos técnicos nos topamos con personas que son cada vez menos capaces de vincularse entre si. Podemos ser muchas veces muy hábiles en el manejo de la computadora, de la Internet, de los celulares, cada vez estamos más comunicados pero cada vez tenemos menos comunión los unos con los otros, cada vez nuestros vínculos son más superficiales, y esa comunicación y relacionamiento entre las personas no nos conduce a unos vínculos tan profundos como antes de estos adelantos técnicos.

Por lo tanto esta civilización va perdiendo, junto con su vínculo con Dios, el vínculo entre las personas llegando a una especie de autismo cultural donde las personas se clausuran dentro de si mismas y tienen más dificultad de relacionarse con otras personas, los vínculos son más frágiles y menos duraderos.

Esta civilización depresiva es la civilización de la acedia, ha perdido la capacidad de alegrarse en el culto divino y por eso a perdido la capacidad de celebrar en la vida con fiestas que celebran la vida, y sus fiestas son una huida del aburrimiento más que una celebración del amor y los vínculos.

Quiero echar mano de una parábola evangélica que nos puede revelar algo de las razones últimas de este mal de la civilización, se trata de la parábola del hijo pródigo. En la parábola del hijo pródigo precisamente encontramos que hay uno de los hijos que se va de la casa del padre por que no aprecia la vinculación con el padre sino que va en busca de otros bienes que no son los bienes principales, se equivoca en la evaluación relativa de los bienes, y abandona el vínculo filial-paterno para buscar su felicidad, conocemos la historia y sabemos que ese intento del hijo pródigo de encontrar la felicidad termina en un fracaso que lo hace volver a la casa del padre, en donde el padre lo está esperando para reanudar el vínculo, el hijo prodigo no se siente digno de reanudar ese vínculo pero el padre le devuelve la confianza y reanuda el vínculo con ese hijo. En realidad el hijo vuelve acuciado por la necesidad, no vuelve con la esperanza de encontrar el bien del vínculo, todavía no ha entrado en la sabiduría filial paterna, el viene a la casa del padre acuciado por una necesidad, pero en su corazón no es la principal necesidad el amor del padre.

Y allí mientras se celebra la fiesta por el hijo llega el otro hijo, el hijo mayor, que vive en la casa del padre y se enoja con la fiesta que el padre hace celebrando la recuperación del hijo que se había perdido, aquí vemos también, que el hijo que había permanecido con el padre no estaba allí por el amor al padre sino por otros motivos, porque si hubiera permanecido en su casa por amor a su padre se habría alegrado con la alegría del padre y se hubiese entristecido con su tristeza por la perdida del hermano; esta parábola nos enseña, entonces, que lo principal era conocido por el padre pero desconocido por los hijos, tanto uno –el que se va– como el otro –el que se queda en casa– no tenían como bien principal el vínculo amoroso con el padre, y por lo tanto los dos necesitaban de sanación, por que los dos ponían las cosas por delante del padre.

La queja del hijo mayor se refiere a los bienes que ha dilapidado su hermano menor, “ese que ha gastado todos sus bienes con prostitutas y en placeres”, no deplora otros males del hermano menor, sin embargo el padre deplora haber perdido al hijo, y se alegra de haberlo recuperado, el padre es el portador de la sabiduría de los vínculos como lo principal, que lo primero es amar a Dios sobre todas las cosas y que sin eso todas las dichas terrenas no alcanzan a ser la felicidad del hombre.

Esa sabiduría elemental se ha perdido en esta cultura de la acedia y por eso esta cultura se aparta cada vez más de Dios, algunos son como el hijo pródigo que se van, esta cultura en gran parte es el hijo pródigo, que se ha ido muy lejos del Padre, que se apartado muy lejos de la revelación del Padre a través del Hijo, se ha apartado de nuestro Señor Jesucristo, y que está en una situación de apostasía, de lejanía, en una postura de haberle dado la espalda al Padre y haberse vuelto a las criaturas lo cual es la definición del pecado, la aversión a Dios y la conversión a las criaturas.

Esta civilización es la civilización de la acedia porque no sabe alegrarse con el amor del Padre, porque no sabe alegrarse con su condición de hijo, prefiere abandonar su relación con el Padre e ir a buscar su felicidad en otras cosas, en otros caminos que no son estrictamente la vinculación. Pero quizá muchos nos hemos quedado en la casa del Padre, no nos consideramos hijos pródigos, pero nos podemos preguntar si estamos en la casa del Padre atesorando el vínculo filial paterno como lo esencial y lo principal de nuestra relación con Dios, o si albergamos algunas imperfecciones en esa vinculación; si realmente nuestra felicidad viene del amor divino, si sabemos celebrar el culto como una fiesta del gozo filial alegrándonos con los bienes del Padre, o si nos falta todavía una conversión al Padre.

En esta historia, dice el Beato Juan Pablo II, los rayos de la paternidad de Dios encuentran una primera resistencia en el dato oscuro pero real del pecado original; esa duda de Eva que la serpiente le inculca de que Dios es un Dios egoísta y que no quiere darnos los bienes, esa desconfianza de Dios de la que nos habla el mito de Prometeo encadenado que tiene que robar a los dioses celosos el don del fuego, y continua el Papa: «esta es la verdadera clave para interpretar la realidad de nuestra cultura, que el hombre tiene miedo de Dios, hay un miedo a la religión, un miedo a la revelación de Dios, el pecado original no es solo la violación a una voluntad positiva de Dios, no es sólo la desobediencia, sino la motivación que está detrás de la desobediencia, la desconfianza de Dios, la cual tiende a abolir la paternidad de Dios». Estamos en una cultura en la que incluso en los medios creyentes la imagen del Padre ha quedado nublada, se habla de Jesucristo sin relacionarlo con el Padre,

Juan Pablo II continúa diciendo «tiende a abolir la paternidad destruyendo su rayos que penetran en el mundo creado, poniendo en duda la verdad de Dios que es Amor».

El Papa Benedicto XVI escribió su primera encíclica diciendo “Dios es Amor”, a esta cultura que no piensa encontrar la felicidad en el amor a Dios y a los hermanos, a esta cultura el Papa le dice Dios es Amor no tienes porque temerle, ese es el mensaje de su primera encíclica y en su tercera encíclica es “Caritas in Veritate”, la caridad se realiza en la verdad, y la verdad es la verdad acerca de Dios que nos revela Nuestro Señor Jesucristo: que Dios es Padre, y que nosotros somos hermanos entre nosotros, pero tan solo podemos realizar la fraternidad si primero vivimos la filialidad, una fraternidad sin filialidad, una fraternidad sin padre es una utopía revolucionaria que sabemos históricamente que no condujo a nada y que no logró hacer más fraterna la cultura actual, donde precisamente pensadores inspirados en esa utopía dijeron que la relación entre los hombres es la dialéctica del amo o del esclavo, o yo soy tu amo o tú me dominas, y entonces se establece entre las personas una relación de miedo o de rivalidad, de oposición, de lucha y de predomino, y esto también se proyecta hacia Dios, esta cultura tema ser dominada por Dios, es una cultura que se ha apartado –incuso intelectualmente– de la importancia del amor, y a la cual el Papa (que conoce muy bien esas ideologías) le dice que Dios es Amor y que ese Amor se realiza en la Verdad revelada acerca de Dios, y aunque ahora no podemos tener a ese Dios plenamente, sin embargo ya es capaz de cambiar nuestra vida desde ahora, y por eso la segunda carta del Papa Benedicto es sobre la esperanza, es decir que a Dios ya lo tenemos, pero hay todavía mucho más que esperar de Dios en el futuro, que la ciudad de Dios, la ciudad de los hombres que aman a Dios y que es amada por Dios, no se realiza plenamente ahora en la historia sino que va a ser una Jerusalén celeste, en este momento se está como formando en la historia, y se están juntando en el cielo los que aquí han vivido la primacía del amor en sus vidas, los que han puesto delante los vínculos y no las cosas, una ciudad de la que quedan excluidos los que han puesto las cosas delante de las personas y los vínculos.

Estamos en la civilización de la acedia, y creo queridos hermanos, que en los próximos capítulos de esta serie en que hablaremos sobre el demonio de la acedia nos iluminará mucho sobre nuestra vida en este mundo y nos ayudaran a encontrarnos en el camino hacia el Padre lo cual les deseo a todos, y a mí, para encontrarnos un día en la Jerusalén celestial.

Que Dios los bendiga.

PADRE HORACIO BOJORGE

Espero que este artículo de CATHOLIC.NET donde el Padre Horacio Bojorge nos relata lo que es el demonio de la Acedia y lo que le ha hecho a nuestra civilización haya sido de utilidad.
En una serie de trece (13) videos, el Padre Bojorge ha realizado una serie en EWTN donde relata y explica este tema y sus soluciones.

Te invito a disfrutarlos en mi canal de Gloria.tv.

http://www.gloria.tv/?user=6823

KARLA ROUILLON GALLANGOS
LIMA-PERÚ

VIDEO 01
VIDEO 02
VIDEO 03
VIDEO 04
VIDEO 05
VIDEO 06
VIDEO 07
VIDEO 08
VIDEO 09
VIDEO 10
VIDEO 11
VIDEO 12
VIDEO 13

[Leer más …]

Sueños de Don Bosco – EL INFIERNO en PDF

El Infierno existe.

Don Bosco nos explica los motivos por los cuales muchos caen al infierno y los remedios para evitarlo.

sueños de don bosco el infierno existe salesianos krouillong karla rouillon gallangos no recibas la eucaristia en la mano los tres lazos

Tu voluntad tiene que vencer al pecado.
Tienes que querer detestar ofender a Dios.

Mi sacerdote confesor me aconsejó que “si tienes dudas de lo que está bien o está mal debes pensar si eso que tú quieres hacer lo habría hecho Jesús” y así evitar el pecado.

Jesús le abrió las puertas del Cielo a los hombres con Su Sacrificio en la Cruz y nos hizo herederos del Cielo, no desperdicies esta Gracia porque pecando te vas al infierno.
Que Dios te bendiga.

Karla Rouillon
Lima-Perú

DESCARGA “SUEÑOS DE DON BOSCO – EL INFIERNO EN PDF” [Leer más …]