PUCP sigue desafiando a Iglesia con condecoración a P. Garatea
Fuente: ACIPRENSA
LIMA, 12 Jun. 12 / 09:12 am (ACI).-
El nombramiento, programado para este martes 12 de junio en la facultad de derecho de la casa de estudios, se da en el contexto de los juicios con el Arzobispado de Lima por el cumplimiento del testamento de José de la Riva Agüero y en medio de la persistente desobediencia de la PUCP al Vaticano que le pide adecuar su estatutos a la Constitución Ex Corde Ecclesiae, que rige a todas las universidades católicas del mundo.
“Una palabra para la mal llamada Universidad Católica, y es que ésta, en clara represalia al Cardenal, ha decidido condecorar a Garatea, cual premio, por este hecho. Actitud desafiante, malcriada y, digámoslo, poco inteligente y prudente en este contexto peligroso en el que se está moviendo desobedeciendo a la Iglesia desde hace tiempo”, señaló el sacerdote en un artículo enviado a ACI Prensa.
El nombramiento del Padre Garatea como profesor honorario ha sido considerado un desafío contra el Arzobispo de Lima, Cardenal Juan Luis Cipriani, que decidió no renovar las licencias ministeriales al sacerdote debido a sus declaraciones alejadas de la doctrina católica.
Como se recuerda, la decisión del Purpurado ha sido duramente criticada por medios y sectores anticlericales de la sociedad peruana, por sacerdotes ligados a la teología marxista de la liberación y por el rector de la PUCP, Marcial Rubio, a pesar que el Cardenal Cipriani es Gran Canciller de este centro de estudios.
Asimismo, esta condecoración se da en medio de los desencuentros que la PUCP mantiene con el Vaticano y con el Arzobispado de Lima.
El primero es el rechazo de la Asamblea Universitaria de la PUCP a adecuar sus estatutos a la Ex Corde Ecclesiae –desobedeciendo al Papa Benedicto XVI–, y la carta que el rector Rubio envió al Secretario de Estado Vaticano, Cardenal Tarcisio Bertone, pidiendo que el Cardenal Cipriani fuera alejado de este tema.
El otro aspecto es la disputa que mantiene la PUCP con el Arzobispado de Lima por el cumplimiento del testamento de José de la Riva Agüero, que establece que la institución eclesial debe participar en la administración de los bienes de la universidad.