Raíces católicas son el camino para unificar al Perú, dice Arzobispo de Tumbes y Piura, Mons. José Antonio Eguren.
Arzobispo de Piura y Tumbes, Mons. José Antonio Eguren.
“El cristianismo ha sido la base de la formación cultural de un Perú mestizo. Nuestra fe cristiana fue el puente que permitió que se diera el encuentro fecundo entre dos culturas, la indígena y europea, produciendo una verdadera ‘síntesis viviente’, tanto biológica, como económica, política y espiritual. No reconocerlo es de miopes o de mezquinos”, afirmó durante la Misa y Tedeum por el 191º aniversario de la independencia.
Mons. Eguren señaló que esto no significa negar la legítima separación que debe existir entre la Iglesia y el Estado, pero advirtió que tampoco se debe caer en el “laicismo radical” que postulan quienes rechazan el derecho humano de la libertad religiosa y quieren “que la Iglesia permanezca silenciosa sin derecho a pronunciarse sobre los problemas morales y sociales”.
Una sana laicidad, explicó, “implica que las realidades terrenas gozan de una autonomía efectiva de la esfera eclesiástica, pero no del orden moral que tiene su fundamento último en la religión”.
En ese sentido, el Arzobispo alentó a los políticos a no tener miedo “a abrir de par en par las puertas de la política a Jesucristo. Jesucristo no empequeñece para nada al hombre, sino que lo engrandece y dignifica”.
Sin embargo, reiteró que la Iglesia no entra en política partidista porque, tal como advierte el Papa Benedicto XVI, “perdería su independencia y su autoridad moral, identificándose con una única vía política y con posiciones parcialmente opinables”.
Finalmente, Mons. Eguren reiteró la importancia de las raíces católicas del Perú y llamó a proteger la reserva moral del país, pues “sin valores no hay futuro y no habrá estructuras salvadoras, ya que en ellas siempre subyace la fragilidad humana”.
La homilía completa está en http://www.arzobispadodepiura.org/content/view/1609/1/