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La fórmula de compensar la crisis imaginativa de Hollywood con un buen olfato crematístico parece funcionar en casos cómo este: inyectarle de tecnología a todo un clásico que, paradójicamente, en su tiempo (1985) fue un hito de la temática científica que a la vez retoma el viejo sueño del conocimiento de jugar con el tiempo, ya sea para anticiparse a él, sacarle provecho o transformarlo.

La ya tradicional y consagrada compañía de animación, Blue Sky Studios, de la mano de uno de sus mejores directores, Carlos Saldanha, nos traen un nuevo producto animado que hará que los latinos nos sintamos muy familiarizados, pues las nuevas estrellas y escenarios de la animación ya no son animales prehistóricos o robots ultramodernos, sino personajes más cercanos ya que se trata la flora y fauna de nuestro vecino Brasil, más específicamente, Rio de Janeiro, una de sus grandes capitales.

El gran ganador del Oscar del 2010, Danny Boyle, con su espectacular “Quiero ser millonario”, quiso repetir el plato este año con esta cinta basada en un hecho real: la historia de Aron Ralston, un montañero americano que queda atrapado bajo un enorme bloque de piedras, del cual, cinco días después, sólo puede liberarse, amputándose el brazo derecho y salir a buscar ayuda.

Ya se está convirtiendo en una tradición que los hermanos Coen nos entreguen anualmente una película que la veremos disputando el máximo galardón de la industria cinemera. Para la reciente edición del Oscar, esta dupla de ascendencia judía estuvo compitiendo con Temple de acero, cinta que nos devuelve a uno de los temas predilectos de estos hermanos: la violencia, pero no en el mundo urbano y contemporáneo como son varios de sus trabajos, sino la violencia en el lejano oeste.

Pareciera que la maquinaria Disney está retornando a las iniciales épocas de la industrialización, cuando se producía en serie sin importar gustos especiales y pormenores exclusivos. Esa es la reflexión que nos deja esta nueva aventura de la principal meca del cine animado ya que se trata de una cinta que, incluso, parece olvidarse del principal objetivo sobre la que se monta toda esta industria: entretener a los niños.

Charlie St. Cloud (nombre original de la película) es un prometedor adolescente pueblerino que quiere mantener viva la imagen de su hermano, muerto trágicamente, iniciando un ritual en el cementerio donde ambos conviven superando así la muerte. Toda esa estrategia reivindicatoria al hermano extinto se desplomará cuando aparece en escena, cuándo no, la mala de la película; es decir, la chica dulce y hermosa que hará tambalear a Charlie de sus creencias.

Como un regalo de despedida vacacional, antes de regresar a las aburridas aulas escolares, llega en calidad de estreno un nuevo héroe, el camaleón Rango, pero con viejos y admirables personalidades, Gore Verbinski y Johnny Depp que se reencuentran tras la famosa tetralogía de Los piratas del Caribe para entregarnos este delicioso animado.