Dueños de la noche
Gray retoma el tema de las drogas, las bandas criminales, prostitución, traiciones y todo aquello que envuelve ese oscuro mundo. Pero a la vez, rescata el otro lado del ser humano; es decir, la fraternidad y el amor a la familia. Quizá el final esté anticipado por lo clásico de la historia; sin embargo, el toque que le imprime el director y, de paso, las excelentes actuaciones de su equipo actoral (Joaquin Phoenix vuelve a consagrarse con esta película, y Robert Duvall no se queda atrás), hacen de esta cinta una de las mejores del año, no sólo reivindicando el cine policial, sino también recordándonos que hacer buen cine no significa grandes presupuestos para imágenes fabricadas por computadoras, sino un buen guión, actores de primera y una excelente dirección. Nada más; es decir, el arte también es simpleza.
MIsma Calle en LLamas… o la gran sangre es un argumento pasado que viene desde el cine a la pantalla chica… no lo se fue convincente en su tiempo.. (ochentero) ki buina