Dueños de la noche

Dos hermanos situados en bandos diferentes, uno casi mafioso y el otro policía, se enfrentan en un momento crucial de sus vidas: cuando el padre de ambos, también jefe policial, convoca al primero a luchar contra una pandilla que invade a Nueva York y principalmente sus discotecas, con una nueva droga, dejando a su paso policías muertos. Negándose a aceptar el consejo del padre que le advierte que, tarde o temprano, uno termina tomando una posición, el que coqueta con la mafia, dará un cambio sustancial para evitar que su familia desaparezca.

Este argumento ya clásico en el cine negro o gansteril vuelve a las pantallas, pero con un tono moderno o, mejor dicho, ochentero de la mano de James Gray, un director que ha hecho del crimen toda una temática o especialización postgradual.

Gray retoma el tema de las drogas, las bandas criminales, prostitución, traiciones y todo aquello que envuelve ese oscuro mundo. Pero a la vez, rescata el otro lado del ser humano; es decir, la fraternidad y el amor a la familia. Quizá el final esté anticipado por lo clásico de la historia; sin embargo, el toque que le imprime el director y, de paso, las excelentes actuaciones de su equipo actoral (Joaquin Phoenix vuelve a consagrarse con esta película, y Robert Duvall no se queda atrás), hacen de esta cinta una de las mejores del año, no sólo reivindicando el cine policial, sino también recordándonos que hacer buen cine no significa grandes presupuestos para imágenes fabricadas por computadoras, sino un buen guión, actores de primera y una excelente dirección. Nada más; es decir, el arte también es simpleza.

Puntuación: 1.00 / Votos: 1

Un comentario

  • MIsma Calle en LLamas… o la gran sangre es un argumento pasado que viene desde el cine a la pantalla chica… no lo se fue convincente en su tiempo.. (ochentero) ki buina

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *