Educación y plaga: del peseteo a la riqueza
A pesar que está todo el día pegado a la computadora, mi hijo perderá el año, me dice afligida Sandra, cuando le pregunto cómo están pasando ella y su familia esta cuarentena. ¿Por qué dices que perderá el año?, indago. Es que no es lo mismo. Esas llamadas clases virtuales que están haciendo los colegios, es puro hueveo. Encima nos quieren cobrar lo mismo, monjas conchudas, sentencia con enfado. La verdad que, luego de las consabidas preguntas o cruce de información sobre infectados, muertos y granputeadas a nuestras autoridades por el manejo de la crisis del Bicho19, la educación virtual que están llevando nuestros hijos, ya sea en el colegio o universidad, se ha convertido en un tema capital; pero, lamentablemente, enfocado por el lado más equivocado.
Es decir, la educación es el gran tema de sobremesa o de discusión nocturna entre padres, no por el lado si nuestros hijos están aprendiendo o no, ya sea en el colegio o universidad. El centro del debate es si hay que pagar o no la pensión de siempre, puesto que, tanto el colegio como la universidad, puntualmente, hacen llegar sus recibos, Con la bendición del Señor.
Obviamente, me estoy refiriendo a los colegios privados y religiosos que mayoritariamente han monopolizado la educación privada, en Arequipa y todo el país, y que, hay que reconocerlo, son los que mejor han respondido a la necesaria educación en estos tiempos de Bicho19. Es decir, son los que más prestos han estado en iniciar o continuar con el año académico, desplegando sus aulas virtuales, programas, aplicativos y demás artilugios tecnocomputacionales, para tener a nuestros hijos pegados a las computadoras, desde las primeras horas de la mañana, hasta bien metida la noche. Obvio, y lamentablemente, no me estoy refiriendo a la educación pública que, en esta coyuntura, ha respondido con su fórmula habitual; es decir, pobremente (si muchos colegios nacionales, se aprestaba a recibir el año escolar sin baños y carpetas, como siempre, el Bicho19 los ha encontrado en la penuria absoluta).
Regresando pues a los elegidos, pareciera que el tema más preocupante para los padres de familia, ahora que ven a sus hijos metidos todo el día en la computadora, es el económico y no el educativo. Es decir, el debate se ha centrado a si debiéramos pagar o no, lo acordado, puesto que la educación virtual, on line, e elearning, EAD, como también se le conoce, es puro hueveo, como me lo decía Sandra. Por lo que se lee y escucha en los medios y redes, muchos opinan lo mismo que ella, al extremo que se ha alzado una ola de protesta que ha obligado al gobierno central a discutir sobre la reducción de las pensiones. Para el caso de la educación pública, parece que la solución es más fácil; es decir, si se anula o no el año escolar.
A veces, cuando veo o asisto a mi hijo en sus clases virtuales, me alío con Sandra; es decir, creo que lo que lo intenta explicar el profesor sobre un tema, es puro hueveo. Comprensible, si es que el propio profesor tiene dificultades para armar una clase virtual. Si a eso le sumamos el problema de conectividad, o que la tarea requiere de un aplicativo especial; o que, la máquina también tiene que ser usada por el hermano mayor o uno de los padres, entonces el asunto se desborda y se vuelve inmanejable. Sin embargo, cuando mi hijo decide desprenderse del inútil esfuerzo de su profesor, y empieza a navegar en la Red, encuentra no a uno, sino a varios experimentados especialistas, con mucha mejor didáctica, abordando el mismo tema. De hecho, con ese especialista, que nunca verá en persona, aprenderá mejor. Es decir, es el momento que descubrió el tesoro escondido de la educación on line, aquella que, sospecho, los propios docentes no quieren que los alumnos encuentren, para seguir ocultando sus limitaciones.
Como lo comenté en otro post, el Bicho19, abrió de par en par las puertas del e-learning, y no se cerraràn. O sea, olvidémonos de que sólo estos meses veremos a nuestros hijos estudiando desde casa. Quizá eso dure hasta el próximo año. En el sector universitario, ocurrirá lo mismo, y, como nunca, tendremos alumnos empoderados para cuestionar al profesor, con la información avanzada que ellos mismos encontrará en la infinitud de la Red. Es decir, con el uso masivo y obligatorio de la educación on line que nos exige el Bicho19, parece que llegó el final de aquellos profesores que hace una veintena de años repiten lo mismo a un alumnado que está en pose de receptor informativo; mucho más de aquellos plañideros (los que hacen clase contando sus propios dramas). Es más, que no nos extrañe si empieza a discutirse la validación oficial de cursos que se estudien en colegios totalmente virtuales, que ya existen, o que la propia autoridad de una institución educativa (colegio o universidad) prefiera contratar virtualmente a profesores, no sólo por estar mejor capacitados, sino incluso por ser, financieramente, más viables que los locales.
En conclusión, la educación on line, no sólo está retando o poniendo en problemas a los alumnos, sino también a los propios profesores que, como nunca, van a tener que refrescar conocimientos, leer, estudiar, y un largo etc. En ese marco, el hijo de Sandra no perderá un año; al contrario,avanzará muchos años, si hace buen uso y descubre las riquezas que tienen las TICs. Ojalá que los padres también entiendan eso, para que dejen de pesetear la educación de sus hijos.