Adiós Pato (Miguel Ángel Delgado Luján)

Creo que al igual que yo, muchos de mis compañeros de aula en la Escuela Profesional de Sociología, nos sentimos alentados e inspirados cuando asistimos a la presentación de “Los ricos también lloran”, ensayo que fue presentado a modo de investigación sociológica, en torno a la telenovela del mismo nombre que por aquellos años arrasaba con la audiencia. El autor: Miguel Ángel Delgado Luján.

La inspiración y aliento no se basaba en el trabajo, pues su publicación era rudimentaria: amarillento papel periódico, esténcil y tinta borrosa que impedía leerla. Tampoco, se basaba en la argumentación del autor, pues descubrimos que tenía un problema neurológico que le impedía movilizarse y articular palabras. La inspiración y aliento era el propio Delgado Luján, pues  conocerle fue descubrir de manera inmediata, un icono de voluntad y bravura.

 A partir de entonces seguí la trayectoria de  Delgado Luján: sociólogo, literato, cuentista infantil y soñador. No sé cómo, pero a pesar de su dificultad solíamos conversar y siempre estaba con la chispa y carcajadas a flor de piel. Varias veces  interrumpí mis dictados para que él ingresara a clase y publicitara su obra (casi una docena) y en los últimos años era una fija que nos reencontráramos en la Feria Internacional del Libro, pues Miguel Ángel se convirtió en un referente de la literatura local y tuvo la suerte de ser reconocido como tal por el Municipio Provincial de Arequipa y la Universidad Católica de Santa María.

 Ayer Jorge Bedregal, me llamó para decirme que estaba “perdido”. Tomé la noticia como broma, pero hoy, me informó que fue hallado muerto.  Hasta el momento, creo, nadie sabe qué pasó. Eso ya no importa, pues lo único que importa es que ya no contaremos con él. Adiós, Pato.