El delfín, la historia de un soñador
Como verán, nada nuevo bajo el sol. Un mensaje trillado que puede resultar novedoso por estar enfocado a un público eminentemente infantil y usando el recurso de la animación que, curiosamente, tiende a consolidarse en la endeble industria cinematográfica de nuestro país (recordemos las cintas basadas en los libros infantiles de Garrido Lecca).
Aunque se anunció hace buen tiempo, la tardanza del estreno de “El delfín” se ha debido a que la producción ha hecho que esta cinta tenga un lanzamiento continental. Proyecto ambicioso, ya que sin ser un producto que pueda compararse con alguno de Pixar o de cualquier industria metida de lleno en ese género, ha sido antecedida por una gran parafernalia publicitaria que ha terminado generando otro atractivo adicional: la de presentarse como la única cinta animada, según el autor de la novela, eminentemente peruana que es lanzada por todo lo alto.
No sólo por tener el corazoncito peruano, sino por satisfacer la curiosidad que ha generado tanta publicidad, hay que verla.