¿Fiesta o velorio electoral?
Supuestamente, a escasas horas de estas elecciones congresales, el ánimo colectivo iba a sintonizar con la característica especial de este proceso; es decir, iba a ser “extraordinario”, puesto que, no sólo se elegiría a nuevos parlamentarios, sino a una nueva clase política que emprendería el cambio que necesita nuestro país (Vizcarra dixit). A escasas horas de las elecciones, la realidad es otra: las cifras muestras, como nunca, desánimo, indiferencia, apatía y, lo peor, la duda o desconocimiento total de por quién o cómo votar.