Nueva publicación: Cuadernos de Pensamiento
Cada vez es más frecuente marearme cuando me encuentro con Carlos Rivera, pues luego del “Manito” habitual, empieza a ametrallarme con sus proyectos editoriales, ahora con su nueva aventura: Quimera. El listado de libros que están en prensa o a punto de llegar a esa fase es larguísimo y abarcan varios temas: narrativa, ensayo, poesía, etc; todo entremezclado con una permanente actividad cultural desde su Casa de Cartón, institución donde él el jefe y él es la masa, pero que se ha convertido en la más activa de la ciudad en los últimos años.
De ese listado de proyectos, me habló hace un año del deseo de sacar una revista eminentemente de pensamiento local; es decir, demostrarle al mundo y especialmente a Lima, que aquí, en Arequipa, hay gente que piensa y a veces escribe; es decir, que hay producción de conocimiento en el campo de las ciencias sociales, y en especial de la política, que parece ser el gran ausente, sino en el debate, por lo menos en la conversa local, y que le hace pensar a los capitalinos que son ellos los que reflexionan de lo que nos ocurre y no nosotros.
Creo que más por sacarse ese clavo, es que Carlos se animó a recolectar una serie de ensayos desperdigados que sobre política se piensa y escribe aquí. Todo eso mezclado con un par de entrevistas a personajes político-académicos como a Paty Salas y unas cuantas reseñas librescas han dado lugar al primer número de la revista “Cuadernos de Pensamiento, política y sociedad” que fue presentada ayer en la Biblioteca Mario Vargas Llosa.
Reflexiones sobre el liberalismo, las experiencias populistas latinoamericanas, nuestro inacabado proceso de construcción nacional, el problema de la ingobernabilidad y un ensayo mío sobre los imaginarios y representaciones colectivas en torno a Tía María, forman el cuerpo de este primer número de la revista que, según Carlos, aparecerá semestralmente, no siempre bajo su dirección, sino que cambiará según la especialidad temática.
Ojalá así sea, pues es sabido que las revistas de reflexión política han ido desapareciendo, a pesar de todo el armazón institucional que la respaldaba, como fue el caso de Quéhacer, que además es una demostración que desde lo privado, ya se renunció a esos proyectos y que desde lo público, específicamente del mundo universitario, nada se puede esperar. Es decir, parece ser que la política, como hecho social ha dejado de ser de interés público para ser reducido a uno de interés cada vez más vinculado a lo hacen aquellos que viven o medran de la política. Carlos quiere reorientar, redefinir, reivindicar el concepto; o sea, quiere ir a contracorriente. Ojalá, el ánimo y los recursos le alcancen.