Mamá Iza
Paradojas de la vida: cuando un ser muy querido enferma, rezamos al cielo para que no se vaya, para que siga entre nosotros, aunque sea para sentir su aliento, decimos; sin embargo, cuando su situación se agrava y dura mucho tiempo, más de lo que todos imaginamos, volvemos a pedir al cielo, pero en esta ocasión para que piadosamente la reciba en su gloria. Eso pasó con mi tía Eloiza. Leer más