Los 100 días de Rohel

rohelRohel Sánchez, nuevo rector de la Universidad Nacional de San Agustín, concluyó  con los 100 días de gracia, de perdón que la sociedad concede a toda autoridad que por primera vez asume el mando o conducción de una institución pública. Quizá el tiempo es demasiado corto, pero así son las reglas: 100 días para que la nueva autoridad demuestre que sabe gobernar o  aprenda, se empape y empiece  a mandar según lo prometido en campaña. Pasados esos 100 días, los gobernados esperan resultados o, por lo menos, señas que algo está cambiando.  Pasados los 100 días, los perdedores o enemigos políticos de siempre vuelven a la carga sacando sus garras y atacando para que la nueva administración caiga o se hunda. 100 días para saber si la nueva autoridad está atravesada por la inexperiencia, mediocridad, falta de rumbo o total ignorancia en gestión. ¿Cuál es el arqueo de estos 100 días de Rohel?

Hay que reconocer que al nuevo rector agustino le ha tocado asumir  la conducción de la universidad en una coyuntura compleja. Primero, el haber recibido a una institución arruinada por los 28 años de manejo de la gestión anterior. Como todos sabemos, los 28 años de los guillenes, cornejos, valdemares, etc. que manejaron la UNSA, están atravesados mayormente por un estilo donde primó el caos y la corrupción. Lo que ha encontrado Rohel, por tanto, es eso: desorden y descomposición. Fui invitado para el proceso de traspaso de oficinas y lo que encontramos fue eso: un desfile interminable de informes quejosos y negativos; oficinas y personal fantasmal, documentación desaparecida o escondida, y un largo etcétera.

A esta situación, ya adversa, se suma otro elemento que ha hecho que la gestión Rohel sea harto difícil en sus primeros 100 días: la nueva ley universitaria; ley que demanda todo un proceso para su aplicación y que no cuenta con un sólo sol para su implementación. Son esas dos columnas, herencia caótica y nueva ley,  frágiles por cierto, los que sostienen los 100 días de Rohel, pero si a eso le sumamos la constatación de un personal administrativo mayormente abultado e inservible, además de una espantosa maraña administrativa con la que debe liar toda gestión pública, entonces la cosa se complica más.

Sé que se han avanzado en algunas cosas para sanear la casa y mirar con optimismo el futuro inmediato de la UNSA. El convenio con Concytec es uno de ellos para hacer que nuestra universidad, por fin, investigue y, de paso, no pierda vergonzosamente los millones de soles que recibía por canon. Se están dando pasos serios para lograr la acreditación vía una reformulación curricular; se quiere unificar una política de cultura y promoción social; se quiere conectar a la universidad con el mundo, acorde con las exigencias del mundo global que nos ha tocado vivir; con tropiezos, empieza una nueva política administrativa, etc. Pero debo reconocer que todo eso es insuficiente, pues el abandono y las carencias de la UNSA son tantas que no podrán ser satisfechas por esta gestión. Es más,  esas carencias exigen logros o respuestas inmediatas que al no hacerlas o saber manejar, se tornarán en los primeros estallidos a la gestión Rohel. Por ejemplo, sugerí  a la nueva gestión que si por lo menos recibían a sus 28,000 alumnos con baños limpios, era suficiente para mostrar nuevos aires o voluntad de cambio. Ojalá así sea.

He sido invitado por la nueva administración para colaborar con el gobierno agustino. Al equipo encabezado por Rohel recién los he conocido personalmente, los he tratado y mirado a los ojos (los anteriores rectores se escondían es gafas oscuras). Lo que observo es voluntad y ganas de hacer bien las cosas, actuando correctamente. Hasta ahora es así, pero temo que la lógica o dinámica  burocrática los secuestre bloqueando esa voluntad y ganas.  Así como yo, somos varios a los que se nos han encargado oficinas que luego serán asumidas por un personal administrativo entrenado especialmente para esa labores. Ya sólo le quedan tres meses a esta gestión para, con un nuevo plan enmarcado en el novísimo estatuto agustino, y nueva administración, la UNSA empiece a dar con firmeza los primeros pasos  hacia su desarrollo. Ojalá así sea para no terminar con  la conclusión que la era Rohel es más de lo mismo…o peor.

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Un comentario

  • Rafael Sarraceno

    TODO CAMBIO, TRANSCURRE POR LA REESTRUCTURACION DE LAS CONDICIONES QUE PRECEDEN. NO SIMPLES MEDIDAS. NO SEAMOS INGENUOS. LA INGENUIDAD SUELE SER A VECES, PEOR QUE LA MISMA DESTRUCTIVA CORRUPCION.

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