De candidatos y responsabilidades

candidSe cerró la fecha de inscripción de candidaturas o fórmulas presidenciales. Tal como se venía advirtiendo, son cerca de una veintena de postulantes que aspiran gobernarnos hasta el 2021, fecha en que celebraremos nuestros 200 años de vida republicana. Como era de esperarse, muchas fórmulas o candidatos han esperado el último minuto para inscribirse y, como también es tradicional, dicho acto ha estado atravesado por la sorpresa, la fanfarria e incluso el ridículo. Son estos tres aspectos los que más han destacado los medios, olvidándose de otros que, a nuestro entender, son más importantes.

Es decir, poco o nada debe importarnos que el padre del nuestro actual mandatario integre, ilegalmente, una de las fórmulas presidenciales, o que varias de ellas asistieran al acto disfrazándose de gatos, escobas y otras ridiculeces. Creemos que lo más importante, luego de saber que tenemos 19 candidatos, son las Hojas de Vida y los Planes de Gobierno, requisitos que desde procesos anteriores son una obligación y que cada vez se afinan más. Por ejemplo, para las alecciones actuales, ya no es suficiente que nuestros postulantes a la presidencia y vicepresidencias nos hagan saber sus estudios, colegio, universidad  o lugar de nacimiento, sino también sus bienes y rentas.

A través de una simple revisión de este requisito, podemos saber cuál es la forma cómo nos tratan y tratarán aquellos que quieren gobernarnos. Es decir, hay varios candidatos en cuyas hojas de vida no consignan ningún ingreso, menos alguna propiedad. Es decir, pícaramente están ocultando información y al hacerlo lo único que ponen en evidencian es creer que nosotros, el electorado, somos una manga de subnormales que no vamos a cuestionar ese tema. Existe el otro extremo; es decir, candidatos  que han declarado tener ingresos tan inmensos que son una cachetada al tercio de pobres que aún tenemos en nuestro país, y que, también, generan una serie de suspicacias.

Legalmente, todo aquel candidato que haya mentido en su Hoja de Vida o que no haya consignado la información requerida, debe ser eliminado automáticamente del proceso electoral. Sabemos que entre ellos, políticos al fin, tejerán una serie de argucias para sortear los aspectos legales y así seguir manteniendo su candidatura. En ese sentido, le corresponde a la sociedad, en especial a la civil, revisar esas Hojas de Vida y denunciar los casos irregulares, mentiras o información  falsa para que la ley se cumpla y así evitar que los pícaros sigan adelante en su pretensión de gobernarnos.

Así como el lunes  se cerró el plazo de inscripción de candidatos presidenciales, ese mismo día se abrió una excelente oportunidad para ejercer nuestra ciudadanía estando vigilantes  en este proceso para que sea lo más transparente. Como lo dijimos al principio, una herramienta de vigilancia es la Hoja de Vida, la otra es el Plan de Gobierno que cada uno de los 19 candidatos presidenciales debió haber presentado. Sobre ese tema trataremos en una siguiente entrega.

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