“Manifiesto de Arequipa”, ¿principista o amenazante?
Con un logo evocador a la cerveza arequipeña, una denominada Coordinadora Regional por la Vida, publicó en casi todos los medios escritos de la ciudad un nuevo “Manifiesto de Arequipa”, el mismo que fue presentado el 14 de agosto en la Sesión Solemne por el Aniversario de la Ciudad, abultando así el desfile de manifiestos que se han dado en nuestra ciudad en lo que va del año.
Los manifiestos son posturas concretas que sobre determinado tema hacen usualmente los grupos o movimientos ideo-socio-políticos con el fin de movilizar a la opinión pública en torno al postulado que sustentan y defienden. Así, durante el conflicto de Tía María, por ejemplo, vimos circular una serie de manifiestos de organizaciones varias, en pro o en contra del proyecto minero o de las protestas que allí se desataron. El manifiesto más reciente que hemos visto en medio de las fiestas arequipeñas, fue el de un colectivo llamado “Muévete Arequipa”, rechazando el proyecto del monorriel. Dicho manifiesto, que fue enviado a nuestro mandatario, estuvo acompañado con una persistente movilización ciudadana que tuvo sus frutos, pues el propio Ministro de Transportes anunció la práctica cancelación de ese descabellado proyecto.
Con el novísimo “Manifiesto de Arequipa”, sus hacedores sientan posición acerca de “la defensa del derecho a la vida, la familia, la patria potestad y el matrimonio estable, natural y constituido por un varón y una mujer, defendiéndose así de la colonización de ideologías extranjeras…”.
Más que las posturas allí planteadas, lo interesante ha sido saber quiénes son los que las respaldan. No era de extrañarse que las cabezas de dicho manifiesto fueran Juan Carlos Eguren o Javier del Río Alba, pero sí es bueno saber que nuestras principales autoridades regionales y provinciales, como la gobernadora y el vicegobernador, Yamila Osorio, Víctor Raúl Cadenas y Alfredo Zegarra, sean también propulsores de estas posturas; así como varios alcaldes y rectores de las universidades privadas de nuestra ciudad. Nos imaginamos que ellos, autoridades elegidas con voto popular, previamente han democratizado y consensuado dichas posturas con sus respectivas representaciones para firmarlo; y seguro que lo propio han hecho los decanos de varios Colegios Profesionales que también aparecen como firmantes.
Pero lo que más nos ha llamado la atención es que entre los ochenta propulsores del manifiesto estén los máximos jefes militares de la zona. ¿Desde cuándo los jefes máximos de la Policía, Ejército y el Ala Aérea pueden pronunciarse y firmar este tipo de manifiestos que corresponden exclusivamente al sector civil de nuestro país? Eso no sólo nos parece extraño sino a la vez peligroso, mucho más cuando se trata de este tipo de manifiesto que gira en torno a temas que serán, a todas luces, los ejes de la próxima campaña electoral. En esa perspectiva, dicho manifiesto no hay que verlo como una simple declaración principistas de gente u organizaciones bienhechoras, sino como una muestra que las próximas elecciones serán, literalmente, una batalla, al extremo que las fuerzas armadas participarán activamente. Estamos advertidos.