Reinaugurando Majes Siguas II
Desde que llegué a radicar a Arequipa, hace ya una treintena de años, escuché hablar de Majes Siguas II, la obra que promete ampliar la frontera agrícola en 38,500 nuevas hectáreas, producir energía eléctrica para todo el sur del país y generar unos 200,000 puestos de trabajo; es decir, un mega proyecto que, a pesar de su importancia, curiosamente ha sido varias veces postergado, pero a la vez, varias veces inaugurado. Hace un par de días, a nuestro actual mandatario le tocó hacerlo. Ojalá esta vez sí sea la definitiva.
Como todo mega proyecto, Majes Siguas II tiene varias etapas. La que ha vuelto a inaugurarse comprende la construcción de la represa de Angostura, en la cuenca alta del río Apurímac, la derivación de las aguas reguladas en Angostura hacia el río Colca, luego se haría la bocatoma de Lluclla en el río Siguas y el sistema de conducción y distribución en las pampas de Majes. Según los proyectistas, todo esto debe hacerse en cuatro años y luego vendrás dieciséis para su ejecución y mantenimiento; es decir, estamos hablando de una friolera de veinte años que en los particulares conteos de tiempo que tenemos los peruanos, especialmente cuando están atravesados por los manoseos políticos, significa unos cuarenta, por lo menos.
Y vaya que este proyecto ha sido manoseado políticamente. Justamente esa es una de las razones de su permanente postergación y su reciente inauguración no significa que ese manoseo haya acabado, pues sabemos que nuestros vecinos de Espinar, especialmente sus políticos, seguirán oponiéndose y es muy probable que en pleno año electoral usen este tema como su principal bandera electoral. Unido a eso, ya existe un tráfico de terrenos que hacen que el proyecto flaquee en uno de sus principales objetivos, cual es la agroindustria para la exportación.
La primera parte del proyecto también tuvo ese objetivo, pero se perdió justamente por el populismo imperante. Ojalá Majes Siguas II no corra la misma suerte, pues una treintena de años de espera, millones de dólares invertidos, cientos de juicios y negociaciones y, principalmente, la expectativa de toda la región Arequipa, no merece ser burlada nuevamente.