Amor vs. felicidad

Creo no equivocarme si considero que el estado máximo de la felicidad está asociado al amor. Es decir, el amor, por sí mismo, es sinónimo de felicidad. Así nos lo enseñaron, así lo aprendimos. Por tanto, ya que todo el mundo está alistándose para celebrar el “Día del Amor” o “San Valentín”, que para hacerla más comercial, los genios del marketing le han añadido el de la “Amistad” (así, todos estamos metidos en un mismo saco), podríamos deducir que mañana 14 de febrero, estaríamos celebrando el “Día de la felicidad”. Sin embargo, no es así: el amor no tiene nada que ver con la felicidad; es más, podría ser, incluso, el camino más seguro a la infelicidad.

Por lo menos, eso se puede deducir luego de revisar el curso que sobre felicidad se dicta en la Universidad de Harvard, el centro de estudios superiores más renombrado del mundo. De acuerdo al programa de estudios de este curso taller, más felicidad proporciona ponerse unos zapatos cómodos, tomar un buen desayuno o escuchar la música de nuestra preferencia, que estar enfrascado en alguna relación amorosa.

Obviamente que estas recomendaciones o tips para ser felices que sugiere la mentada universidad, no se difunden lo suficiente, seguramente para no aguar la fiesta a los que siguen empeñados en idealizar el amor, a quienes perdonaríamos si tal idealización sirviera para mejorar las relaciones humanas; pero como vemos no es así, ya que su verdadero fin es comercializarlo.

Así que ya lo sabemos, mañana “Día de San Valentín”, es en realidad el día del comercio amoroso, del cual los más gananciosos serán los restauranteros y hoteleros.