El circo de la revocatoria
En ese sentido, es saludable que se ponga en marcha el proceso revocador porque no sólo fortalece el sistema democrático, sino que sirve también como un sistema de control para que nuestras autoridades no se duerman en sus laureles. Desde esa lógica, ese mecanismo debiera extenderse también a nuestros congresistas, pero, como sabemos, eso aun no es posible, justamente porque nuestros padres de la patria se opusieron a esa norma.
Sin embargo, hay que advertir que si bien la revocatoria los alcaldes tiene un lado positivo, también tiene uno negativo y peligroso, y eso lo podemos advertir cuando vemos quiénes están detrás de las revocatorias; es decir, no son instituciones o colectivos políticos, sino básicamente personas o sujetos guiados por el odio, la envidia o el figuretismo. Y allí está el peligro, pues detrás de hacer caer a un alcalde, lo que se busca no es mejorar la gestión municipal para beneficiar a la población, sino lo más bellaco; es decir, apoderarse como sea del puesto para saquear las arcas del Estado, o, lo más probable, lograr prensa para luego formar una agrupación con pretensiones congresales.
Ese es el peligro que hay detrás de tantas colas ante la ONPE que han empezado a hacerse desde el primer día hábil de este año: adquirir planillones de revocatoria simplemente para figuretear, ganar prensa, hacerse de un capital mediático para luego explotarlo electoralmente. Y eso sucede porque simplemente en nuestro país no existe una institucionalidad política que garantice que mecanismos como la revocatoria se traduzcan en medios saludables para mejorar nuestra democracia, sino para degradarla aún más. Lamentablemente, eso es lo que va a suceder con todo el circo que ya están armando varios personajillos que han interpretado la política como un mecanismo eficaz para acabar con sus problemas personales, principalmente los económicos.